“ De compradors de llibres de vell i antics no és que n’hi hagi menys, en aquest moment, pensen alguns llibreters, sinó que s’han diversificat i s’han dispersat geogràficament. En això ha tingut molt a veure-hi Internet. Roser Trepat i Eva Esteve van obrir la llibreria El Genet Blau a Lleida fa cinc anys. Aprofitant un canvi de feina i una afició comuna van decidir ficar-se en aquest món. L’Eva opina que simplement es tracta d’un canvi en el mercat. “ Els grans col·leccionistes potser s’han acabat, però surt més gent aficionada i disposada a comprar un llibre d’aquests”. Ramon Gómez considera que els particulars que utilitzen Internet són més buscadors que no pas compradors. També és veritat, però, que la compra a través de la xarxa és diferent. “ A la botiga et pots trobar un comprador més impulsiu que se’t pot quedar 50 o 60 llibres. En canvi, per Internet es fan comandes d’un llibre o dos com a màxim”. Roser Trepat afegeix que per Internet no es venen llibres de bibliòfil de gaire valor: “ més aviat són llibres de segona mà, per a col·leccionistes o estudiosos que compren un llibre com a objecte de lectura o consulta, però que no té una gran importància com a objecte”.
En qualsevol cas, no hi ha cap llibreter que menyspreï els avantatges de la venda telemàtica. Sobretot per dues raons. Una, perquè tant els llibreters petits com els llibreters grans tenen les mateixes possibilitats de mercat. I dues, perquè l’accés a més clients i de zones més llunyanes s’ha multiplicat infinitament. “ Si vols viure de la llibreria has de crear estratègies per abastar un mercat tan ampli com es pugui. Si jo només vengués a Osona, si fa 14 anys que vaig obrir, en faria 2 que hauria tancat”, diu Josep Costa, que en aquest moment ven a clients de tot l’estat espanyol.
Article: “ Llibreters passats de moda?” d’Anna Aguilar en el suplement Presència del diari El Punt/Avui del 18-24 de novembre del 2005, p. 15.
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Rafael Martí de Viciana,Libro quarto de la Cronica..
“ 1.ª Son de primera rareza aquellos libros que se sabe de fijo ó se sospecha que han sido impresos, y sin embargo no se tiene noticia de qué exista ejemplar alguno de ellos, como sucede con la Biblia lemosina, del hermano de San Vicente Ferrer; el tomo primero del Viciana, y el Buscapié de Cervantes.
2.ª Entran en segundo lugar aquellos otros de que no se sabe exista más que uno ó pocos ejemplares, como Les òbres y tròves de Mosen Fenollar; La Turiana, de Timoneda; el Tirant lo Blanc, impreso en Valencia ( para mi todavía es más rara la edición de Barcelona, que nunca he visto, y la traducción castellana de que solo conozco un ejemplar en Lóndres); la primera edición de la Crónica del Cid; la Rosa de romances, de Timoneda, y todos aquellos á los cuales llamo yo rarísimos ó excesivamente raros en el presente Catálogo.
La Turiana de Timoneda
3.ª Vienen en tercer grado los libros de que solo mui de tarde en tarde aparece algún ejemplar de venta, ó que son mui pocos los aficionados que los poseen. Pertenecen á esta clase la mayor parte de los Cancioneros y Romanceros, los libros de Caballerías, muchos de los que tratan de Música, Caza, Juegos y Refranes, todas las Comedias en letra gótica, los Romances impresos en la misma letra y en pocas hojas, por lo difícil que ha sido su conservación, y las colecciones completas de Teatro de Lope, Tirso de Molina, Guillem de Castro, los Poetas valencianos, ó la Colección antigua de Comedias en cuarenta y ocho volúmenes. Respecto á estas obras y á las demás que se hallan en igual categoría, y pertenecen á otros ramos, he tenido cuidado de advertir en el presente Catálogo que son mui raras.
4.ª En cuarto grado de rareza deben contarse, porque efectivamente no se halla con facilidad ocasión de adquirirlas, casi todas las ediciones de nuestros Poetas, Novelistas y Autores dramáticos posteriores á 1560 y anteriores á 1610. Sirva esta regla para todas las que se encuentran en el presente Catálogo, pertenecientes á este género, y en las cuales he omitido la calificación de raro por no repetir tan á menudo este adjetivo.
5.ª Se reputan como escasos los libros cuyas ediciones, aunque más recientes, ó se han tirado en corto número ó se hallan del todo agotadas, y por consiguiente suelen encontrarse por casualidad. A esta clase pertenecen los que habiéndose impreso en tiempos modernos, han sido destruidos en su mayor parte por alguna circunstancia fortuita, como sucede con las Obras de Gil Vicente, impresas en Hamburgo.
6.ª Tienen un valor ocho ó diez vezes mayor comparativamente los ejemplares impresos en vitela ó pergamino, y de un doble por lo ménos sobre dicho valor los de gran papel.
7.ª En todas estas clases, también respectivamente, gozan de mayor aprecio bibliográfico los libros en lemosin y vascuence, ó los escritos en algunos de los dialectos de América.
Vicente Salvá y Pérez, Prólogo del “Catálogo de la Biblioteca Salvá”, tomo I, XII-XIV.
Auto de la barca del Infierno (1516) de Gil Vicente