Feeds:
Entrades
Comentaris

Posts Tagged ‘Brugalla’

“ La bibliofília moderna no és un luxe gratuït ni un negoci que viu l’esnobisme de les classes adinerades, com creu alguna gent suspicaç. La seva justificació deriva del primor en l’execució material que es persegueix i del tot espiritual que denota el saber apreciar els detalls de perfecció, de bon gust i de sensibilitat. La màquina ha envaït totes les activitats de producció; el meravellós instrument que són les mans de l’home va perdent la seva aptitud creadora per falta d’ús i la nostra civilització sembla que acabarà per destinar les mans al simple menester d’anar prement botons que ens donaran tots els treballs fets. Fets, sí, però sense aquesta perfecció entranyable i plena de sentit de les coses fetes a mà.

Francesos i anglesos són els que han anat més lluny en el cultiu d’aquest art relativament modern. Al nostre país van ser Ramon Miquel i Planas i Gustavo Gili els capdavanters, durant una ja llunyana època, d’aquest tipus d’edicions primoroses. La seva activitat ens ha deixat obres modèliques. En un sentit més luxós, més potser dins la influència francesa, els llibres de La Cometa que va editar Gustavo Gili han passat a ser els clàssics de la bibliofília autòctona. Posteriorment, i com a resultat d’unes condicions econòmiques excepcionals, es va originar una proliferació desmesurada de l’alta bibliofília. Una sòlida preparació hauria pogut donar òptims resultats aprofitant l’esnobisme i altres raons extra-artístiques. Però la improvisació la majoria de vegades i l’afany de lucre per sobre de consideracions de més força han conduït a una crisi inevitable al compàs de la desaparició d’aquell estat excepcional. Per sobre de tot, la bibliofília té una raó d’existir, i a l’estudi de les seves condicions essencials volem destinar aquestes línies. D’haver-se fet amb anterioritat, la crisi actual potser no seria tan profunda o no s’hagués produït, almenys, una sortida d’òrbita tan exagerada d’una activitat que, donada la densitat espiritual del país, no pot tenir lògicament el volum que va aconseguir”.

Técnicas del Grabado Calcográfico y su estampación de Jaume Pla. Eds. Omega, Barcelona, 1986, 3ªed.pp. 166-167.

 

χφ          χφ          χφ          χφ          χφ          χφ          χφ

 

“La bibliofilia contemporánea reúne distintos caracterismos. Sus preferencias no se limitan a venerar las reliquias del pasado. El presente ofrece valores equivalentes que reflejan, a través del arte y de la ciencia, su vitalidad. Se aprecia ante todo la belleza de la impresión y la calidad del papel que hace agradable la lectura.

Sus deseos estéticos se decantan por el libro de rango y distinción llevado a cabo, en las ediciones sublimadas, con el concurso de los mejores artistas de las artes gráficas y de los pintores y grabadores que saben comprender el libro y, siguiendo la tradición, dominan la técnica de su especialidad ilustrativa, pero añadiendo a las disciplinas propias de cada una de sus modalidades el sentido de lo estético y una clara visión personal que consigue ceñir a su voluntad, libre de trabas, una escrupulosa rectitud.

Esta iniciativa deriva, con crecientes exigencias, de finales del siglo pasado, cuando los nuevos amantes del libro de París se pusieron de acuerdo exigiendo la renovación del libro, tanto en lo que afecta a la ilustración como a las enormes posibilidades del arte de encuadernar, que se apuntaban maravillosas y originales a partir de 1900, como más adelante veremos.

Desligados los adeptos de cada país de la noble pasión por el libro antiguo en aras del libro moderno, no se excluyen sistemáticamente semejantes objetivos, sino que, con frecuencia, se da una prudente simultaneidad.

Las sociedades de bibliófilos de Europa y de América han fomentado en nuestro siglo, con altas finalidades, la afición al libro de arte moderno. Afición que no es menos substancial que la que atrae el encanto del libro antiguo, que sigue siendo insoslayable paradigma de toda innovación.

Nada tiene que ver este afán y esta compatibilidad con la seudobibliofilia de la especulación y del esnobismo, de la que tanto se habló en el mercado francés después de 1914.

Aparte la valiosa aportación y eficaces auspicios de expertos editores especializados en el libro y el arte vinculado con las letras, el bibliófilo interviene con sus iniciativas, en privado o colectivamente, al logro artístico del libro actual – sea clásico o contemporáneo su contenido – a través de las mencionadas asociaciones de evidente sentido ecléctico instituidas con este fin.

La Asociación de Bibliófilos de Barcelona es un bello ejemplo.

Además de las publicaciones, no muy numerosas, de libros inéditos o de rara publicidad, exalta las bellezas de la literatura clásica y moderna conjugando la extensa gama de posibilidades que el arte ofrece en nuestro país. En los ágapes reglamentarios exponen sus asociados particularidades bibliofílicas del mayor interés. En exposiciones de carácter público dan a conocer su actividad eminentemente cultural”.

La bibliofilia, la encuadernación y el grabador de pequeños hierros”. D’Emilio Brugalla, a Memorias de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona; Tercera época, núm. 784; Vol. XLIII, núm. 10; pp.4-5.

 

 

Read Full Post »

“Si bé el gravat pot tenir una finalitat tan independent com una pintura i una escultura – en aquest cas pren el nom d’estampa -, és innegable que l’art del gravat va néixer en funció del llibre i està encara en bona part lligat a ell. La il·lustració bibliogràfica es va originar amb la miniatura, va evolucionar per motius d’ordre econòmic, es va usar el gravat en fusta i la talla dolça i ha acabat en els moderns sistemes de reproducció mecànica que tenen per origen la fotografia. El que va ser en una època procediment corrent a falta d’un altre més ràpid i econòmic, ha donat naixement a un tipus d’edicions que consideren el llibre no només com un mitjà transmissor d’idees, com un aparell utilitari, sinó com una veritable obra d’art. Actualment, en dir bibliofília no s’indica només amor i afició al llibre, com es desprèn de l’etimologia estricta del vocable, sinó amor a un cert tipus de llibre. Un llibre per bibliòfil vol dir així mateix alguna cosa específica.

La diferenciació entre el llibre corrent i el de bibliòfil ha estat el fruit de la industrialització i de la prodigiosa quantitat de paper imprès que caracteritza a la civilització moderna. La producció massiva ha estat com sempre contrària a la qualitat. Als antics impressors que van crear tantes meravelles, no els guiava tan sols una intenció explícita de fer un llibre d’un tipus diferent, sinó que l’imperatiu de bellesa actuava en ells naturalment. El llibre era ja de per si alguna cosa estranya i car i l’impressor no practicava una indústria sinó un bell ofici”.

Técnicas del Grabado Calcográfico y su estampación” de Jaume Pla. Eds. Omega, Barcelona, 1986, 3ªed.pp.165-166.

 

χφ          χφ        χφ          χφ          χφ          χφ          χφ

 

Tractatus pulcherrimus de amore librorum’, Richard de Bury (1344)

“Del mismo modo que las piedras hablan en secreto, hablan también tácitamente los sillares del libro: el papiro, el pergamino, el papel, la escritura, los caracteres movibles, los grabados y la encuadernación.

Así lo entiende el sentimiento de la bibliofilia, el fervor del bibliófilo: doctorado que no se obtiene en las aulas, pero cuyo título gratuito distingue a quien, afecto a las letras humanas y amante de la lectura, respeta, con juicio sereno, la prioridad de los manuscritos antiguos, la belleza de los incunables, la incógnita del libro grande o pequeño. Ánfora espiritual que revela el progreso histórico de la mente humana.

El amor al libro tiene rancio abolengo. Su vehemencia evoca al obispo de Durham, Ricardo de Bury, autor del manuscrito redactado en latín a principios del siglo XIV titulado ‘Philobiblion’, con el subtítulo ‘Tractatus pulcherrimus de amore librorum’, traducido a las principales lenguas habladas de Europa.

El afán de poseer en propiedad el difícil ejemplar es acariciada ambición, no siempre asequible. Dedicándose a una especialidad, o sin previas limitaciones, el bibliófilo y el coleccionista andan en su busca, recorriendo los catálogos de los libreros anticuarios de uno y otro país, frecuentando sus sedes y asistiendo a sus reuniones bibliofílicas. Los hallazgos le emocionan y acrecientan pacientemente su colección, que nunca se da por terminada. La venerable antigüedad de ciertos libros, su procedencia, la significación de los grabados, la fecha y lugar de su impresión, son objeto de sutiles averiguaciones. Una sensibilidad estética y un singular aprecio inducen a lavar y encolar los pliegos, si es preciso; a reparar sus roturas; a restaurar los quebrantos de las encuadernaciones de época, que ante todo se respetan, y, finalmente, a vestir con propiedad la penosa desnudez del libro infortunado con el buen deseo de que pueda llegar, sin desdoro, a la más lejana posteridad. El coleccionista de libros raros y curiosos no se improvisa”.

La bibliofilia, la encuadernación y el grabador de pequeños hierros”. D’Emilio Brugalla, a Memorias de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona; Tercera época, núm. 784; Vol. XLIII, núm. 10; pp.3-4.

Digitalitzat a: http://www.artesdellibro.mx/la-bibliofilia-la-encuadernacion-y-el-grabador-de-pequenos-hierros-emili-brugalla.php

 

 

Read Full Post »