Feeds:
Entrades
Comentaris

Posts Tagged ‘llibreter de vell’

Marca d’Ibarra

(La bibliofília) El col·leccionisme és una altra cosa. Si hem arribat a dotar-nos d’una biblioteca personal és perquè voldríem tenir a mà quants més llibres millor, per si s’escau algun dia llegir-los. Però acumular-los no és l’important.

A un li fascinen els llibres. Encara que, abans que un bibliòfil en el sentit clàssic, un es considera un bibliòfag, un devorador de llibres. I, abans que un col·leccionista, un lector, un curiós en desig de comunicació permanent amb gents que han destil·lat coneixement de la seva experiència humana. Un té alguns milers de llibres, això sí, i somia en poder-los dedicar un dia el temps i l’espai que es mereixen.

Un se sent més abans un bibliòfil – en el sentit d’un amant dels llibres, un apassionat dels llibres – que pròpiament un col·leccionista. Fer col·lecció d’alguna cosa – siguin llibres, segells o el que sigui – demana la convicció que hi ha una totalitat perfectament definida d’alguna cosa els buits de la qual es poden anar completant amb tenacitat i paciència. Un col·leccionista té, com el que fa mots encreuats, una idea acabada d’alguna cosa. I voldria poder tancar l’àlbum algun dia.

Un no té aquesta obsessió per posseir res idealment preestablert. Crec que la sorpresa i el misteri desmenteixen qualsevol pretensió humana de voler quadrar la realitat com sigui. Col·leccionar té molt a veure amb recol·lecta i amb ‘encant’, però els seus motors són l’explotació i la recerca. Un bibliòfil sol ser un aventurer, un caçador de peces d’ocasió, algú que se sent feliç en companyia dels seus trofeus “.

Ésser  bibliòfil”, Oriol Pi de Cabanyes, a La Vanguardia el 10/05/2006.

http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/2006/05/10/pagina-26/48436838/pdf.html?search=oriol%20pi%20de%20cabanyes

“ Refugiémonos en las librerías de viejo; compremos libros viejos. Comprémoslos por la sencilla e imperiosa razón de que no podemos comprar libros nuevos. Ya no se imprimen libros. Se publican todos los meses centenares de libros nuevos, y no se imprime ninguno. No pueden llamarse libros lo que al presente sale de las imprentas. Son objetos que se fabrican brutalmente, lo mismo que se fabrican otros artefactos y chismes de la industria. Los maravillosos adelantos del arte de imprimir – estereotipia, linotipia, etc.- han matado el bello oficio del tipógrafo. Sobre papel malo, deleznable, estampan caracteres borrosos, sucios; se encuaderna desgarbadamente después; se lanza el volumen al mercado como otra mercancía cualquiera. Lo importante es imprimir mucho y rápidamente. La misma industria de la imprenta ha acabado con el arte de imprimir. Y el desamor de los tipógrafos ha acabado de realizar la obra funesta. En Madrid no se puede imprimir hoy un libro elegantemente. Sancha e Ibarra, los grandes impresores del siglo XVII ( sic), no tienen descendientes. No se podría tampoco encuadernar bellamente un libro si no quedaran uno o dos encuadernadores amantes de su arte. No aman su arte los tipógrafos. Y se puede pasar por alto en cuanto a las reivindicaciones de los tipógrafos – más o menos

Marca de Sancha

exorbitantes o justas; no lo discutimos -; pero sean cualesquiera las reivindicaciones de los tipógrafos, lo esencial sería que el trabajo que dieran, más largo o más corto, mejor o peor retribuido, fuera realizado concienzuda, escrupulosa, fervorosamente. Lo peor que puede sucederle a un obrero cualquiera, el que escribe o el que imprime, es perder el amor a su trabajo. Luchemos ardientemente porque nuestro esfuerzo sea retribuido con justicia; esforcémonos, con perseverancia y tesón, por que el esfuerzo que realizamos sea realizado en las mejores condiciones posibles – económicas e higiénicas -; pero realicemos el trabajo que hayamos de realizar escrupulosamente, con amor, con fervor. Una vez ante la tarea, olvidémoslo todo, y sólo veamos la perfección en la obra que hemos de realizar.

No se imprimen ya libros. No hay libros nuevos. El arte de imprimir se acaba. El arte, tan sencillo, tan bello, de colocar trazos negros en una página blanca – de colocarlos armoniosamente – está en sus postrimerías. Compremos libros viejos; refugiémonos en los puestecillos de estos perseverantes, callados, modestos difundidores de la cultura.

Article: “En la feria de libros viejos”, Azorín a ABC Madrid del 11 d’octubre de 1922, p.3

Don Quixote imprès per Sancha

Read Full Post »

Manuscrit de les obres de Petrarca

“L’home al qual s’ha donat el nom de ‘pare de l’humanisme’ o ‘el primer home modern’, el poeta Francesco Petrarca, és també, no sense raó, anomenat el pare de la bibliofília moderna “.

 DAHL, Svend: Historia del libro, Alianza Universidad, Madrid, 1985, pp. 83.

 

“El libro se gasta, y en España se gasta más que en ningún otro país. En España – causa bochorno decirlo – , en muchos pueblos apartados, viejos, históricos, se enciende todas las mañanas el fuego con hojas de libros antiguos. Todavía no han pasado por esos caserones de las históricas y solitarias ciudades los bibliófilos. Se gastan los libros en España más que en ningún otro país.¿Por qué un librero-anticuario de París puede ofrecer al aficionado un libro del siglo XVI o XVII en forma irreprochable, sin un rasguño, sin una mancha, y es, por el contrario, raro que eso pueda hacerse en España? ¿Acaso los verdaderos libreros-anticuarios de París tienen más cuidado de los libros que los de Madrid? Puede ser; los libreros de París arreglan y componen el libro antes de entregarlo al comprador, lo limpian, lo encuadernan primorosamente, lo acicalan y después piden por él tres veces más que pediría un librero de Madrid. Es posible que se deba a este cuidado de los libreros la abundancia de volúmenes irreprochables en el comercio francés; pero también hay en ello un motivo más amplio y más hondo. La vida española, en los siglos pasados, ha sido más dura y áspera. La guerra ha absorbido todas nuestras energías. El medio español – físico y moral – es otro. El libro era peor tratado que en Francia. No hablamos de las grandes bibliotecas, sino del volumen corriente, del libro que es llevado por la casa de una parte a otra. Esos libros son los que constituyen el fondo de las librerías de viejo. Y si esos libros, generalmente, en París se hallan limpios e íntegros, en Madrid es raro hallarlos sin desgarrones, manchas y remiendos. El libro viejo es un índice de cultura. Lo es en cuanto al estado material de los volúmenes; y lo es en cuanto a la clase de libros que se encuentran en las librerías de viejo.¿Qué libros franceses, por ejemplo, se han leído más en España durante el siglo XVIII? Examinad los puestos de libros viejos; tendréis, repasándolos, una imagen de la mentalidad, del gesto, de las direcciones del público español en aquella época. ¿Que autores españoles ha preferido más el público español en la primera mitad del siglo XIX? Daos una vuelta por las librerías de viejo; veréis palpablemente cómo la literatura es especulación mental de minorías selectas, y cómo son las minorías selectas las que crean, a la larga, los valores literarios, y no las grandes masas de lectores: grandes masas que son las que leían estos millares y millares de libros anodinos, deleznables”.

Article: “En la feria de libros viejos”, Azorín a ABC Madrid del 11 d’octubre de 1922, p.3

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1922/10/11/003.html 

Cuesta Moyano ( anys 20)

 

Read Full Post »

“Hi ha un proverbi llatí molt precís que diu així: ‘habent sua fata libelli’ (Els llibres tenen el seu sinó). El sinó dels llibres és de vegades més estrany que el dels homes.

Moltes coses més podríem referir sobre la sort dels llibres: dels que van ser pastura de les flames en l’incendi de la biblioteca d’Alexandria, dels que es van perdre per sempre en els convents, d’aquells les pàgines dels quals es van retorçar perint en les fogueres i en les revolucions, i, finalment, dels que van desaparèixer com els soldats en les guerres.

La sort dels llibres ha anat de vegades unida a la dels homes i encara a la de pobles sencers. Els llibres no s’han limitat a explicar-nos històries entretingudes o instructives. Van prendre part en guerres i en revolucions. Van influir en el destronament dels reis, van promoure revoltes. Van lluitar uns al costat dels vencedors, altres amb els vençuts, i moltes vegades es podia distingir a primera vista a quina de les dues parts enemigues pertanyien.

En una biblioteca universitària he vist llibres francesos publicats abans de la gran revolució de 1789. Hi havia un preciós tom amb tancaments valuosos i precioses estampes. Era un llibre monàrquic, ostentós com els cortesans a qui va pertànyer. D’altres, en canvi, eren tan reduïts de mida, que fàcilment es podien lliscar en una butxaca o amagar a la mà, pertanyien als revolucionaris, i la seva grandària s’adaptava a la seva finalitat: s’havien de ocultar per passar fàcilment les fronteres i sostreure a la vista dels vigilants. El format d’un llibre no depèn, doncs, de la casualitat. Com la vida dels llibres és inseparable, en realitat de la dels homes, s’acomoden en el seu exterior a les necessitats d’aquests. ”

Cap. “El sino de los libros”,de  M. Ilin, del llibre ”Negro sobre blanco”, Aguilar, Madrid, 1948.

 

“ Como todos los años, y a lo largo del Botánico, se está celebrando la feria de los libros. Merecen aplauso esos modestos obreros de la cultura; merecen aliento los buenos y abnegados libreros de viejo. ¿ Quién pretende encontrar en los puestecillos de libros viejos, los de Madrid o los de París, maravillas de tipografía y literatura del siglo XV o del XVI?   No; en la feria de los libros viejos, a lo largo del Botánico, o junto al Sena, no se encuentran peregrinas rarezas bibliográficas, pero sí libros curiosos, interesantes. Y sobre todo – y éste es el atractivo de los puestos de libros viejos – , libros inesperados. No teníamos ni la más remota noticia de un determinado volumen; no pasaba por nuestra imaginación la posibilidad de leer tal otro libro. Y he aquí que, de pronto, se nos aparece.             Nuestra curiosidad intelectual está ya despierta con el hallazgo; no se trata de un volumen raro; pero este volumen no podríamos encontrarlo en las librerías, ni tal vez se halla en las bibliotecas. Ante nosotros, por su lectura, se abre una pequeña perspectiva histórica o literaria que antes no teníamos; nuestros conocimientos sobre determinada materia quedan, con la lectura de este volumen, completados”.

Article:” En la feria de libros”, Azorín, ABC Madrid  del dia 11 d’octubre de 1922, p. 3.

Aquest article i els 3 següents em semblen interessants pel tema, però no savia jo que aquest senyor escrigués articles tan malament, em sembla una pena tot ell; és repetitiu a més no poder.
(1)A la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Madrid cada any editen un llibre, l’any 2018 es va fer una edició facsímil del original editat l’any 1922, amb coberta il·lustrada per Bartolozzi.

Imatge a https://abcfoto.abc.es/fotografias/lugares/madrid-1922-feria-del-libro-27086.html

 

Read Full Post »

“L’exercici de la professió de llibreter és al mateix temps una feina i una vocació. L’atracció que el llibre exerceix és moltes vegades invencible fins per a aquells que semblen ser els menys preparats, pel mitjà en què es desenvolupen, per convertir-se en llibreters.

I aquesta vocació permet suportar tots els riscos que comporta aquesta professió, algunes vegades molt ingrata. Llavors, és un sacerdoci? ¡quasi¡

Què és un llibreter en el veritable sentit de la paraula, és a dir, un ‘llibreter qualificat’?

No hauria de la paraula llibreter dir per si mateixa el que ha de significar? Certament, però en els nostres dies les paraules han anat perdent el seu sentit primari o almenys el seu sentit ha disminuït. Per tant, cal distingir i precisar per allunyar qualsevol confusió: hi ha més seudollibreters que veritables llibreters i, en canvi, a tots se’ls denomina llibreters “.

Je suis libraire” de Raymond Picquot, Editions du Conquistador, Paris, 1955.

 

χφ          χφ          χφ          χφ          χφ          χφ          χφ

 

 

“  Muchos apocalípticos pregonan la ‘muerte del libro’ a manos del audiovisual, los ordenadores, las nuevas tecnologías… ¿ qué dice un romántico del papel impreso ante esos fúnebres anuncios?.

– El libro no morirá jamás. Además de ser el soporte de la civilización, el olor de la tinta de unas páginas recién impresas enerva. Y tener un ejemplar entre las manos y acariciarlo produce la misma voluptuosidad que acariciar a una mujer”.

Article-entrevista: “Inocencio Ruiz Lasala, ‘equilibrero’”, per Vanessa Quintanar a Noticias Bibliográficas, nº 79, 2001, pp. 10-11.

 

Read Full Post »

 

“ Els llibreters de Santa Madrona són més savis que cap acadèmic. Saben el valor que els llibres en un determinat moment, poden tenir per al comprador. Especulen amb els estudiants que, acabat el curs, hi porten els llibres de text. Especulen amb els libres que un home cultivat s’ha de vendre en un moment d’angoixoses necessitats familiars…

Són uns erudits. Saben quines obres són més recercades, quines edicions tenen més interès, coneixen la importància d’una obra. Estant al corrent, encara que no ho sembli de l’actualitat literària. Jo els vaig preguntar quins autors catalans es venien més…

Els bons autors – ens varen contestar gairebé tots – no els veiem gaire. No s’aturen. Arriba algun llibre de tard en tard, però marxa de seguida. De vegades tornen…

Un dels llibreters va contar-nos que havia tingut un mateix exemplar de “All i Salobre”, de Josep Maria de Sagarra, sis o set vegades.

-A quan el compràven – preguntàrem.

-N’oferia dos rals. Disposat a arribar a tres…

-I a quan el venien?

-En demanaven dues pessetes disposat a no baixar dels sis rals…

-Bon negoci!

-Llibres així són una renda.

-¿Quins altres autors es venen més?

Josep Pla, Puig i Ferrater, Soldevila i algun altre.

-I versos? En venen gaires?

-Poc. El públic que ve a veuren’s no acostuma a comprar poesies. Però hi han excepcions…

-Ah.. voleu dir-me-les?

-Els llibres de Verdaguer són una altra renda. Sempre surten de seguida, L’altre dia vaig vendre una “Atlàntida” molt ben enquadernada per cinc pessetes.

-I d’autors castellans?

-Aquests varien molt. Va segons quins gèneres. Els llibres que més circulen són els d’En Belda, del Caballero Audaz, de Zamacois, de Trigo i sobretot, de Retana

-Si que… vaja, vaja!

Article: “L’auca d’un llibre dissortat”, de Francesc de Bellmunt, a La Publicitat del 9 de febrer de 1930.

 

 

χφ          χφ          χφ          χφ         χφ          χφ          χφ

 

“Dice O`Neill que, para aspirar a ganar dinero con la inversión en libro antiguo, ante todo hay que disponer de un conocimiento profundo del valor de lo que vamos a comprar, algo quizás fuera del alcance de la gran mayoría de los mortales. Cada título, cada edición e incluso cada ejemplar particular posee un valor ‘ de cambio’ específico, que es lo que le confiere un precio mayor en el mercado respecto a otros títulos, ediciones y ejemplares. Así, una edición no venal siempre alcanzará mejores cotizaciones que un best-seller; una edición limitada y numerada, mayores que una que conoció innumerables reimpresiones… Además, hay que conocer si el precio que vamos a pagar por ese ejemplar es el mejor al que podemos aspirar, dada su rareza y su estado de conservación. Por último, debemos disponer de las condiciones materiales necesarias para que nuestros libros lleguen a su ‘mayoría de edad comercial’ en el mejor de los estados posibles, lo cual no es fácil de conseguir, tratándose de un objeto realizado en materiales sumamente vulnerables: papel, madera, pergamino…

Evaluar el buen estado de un libro puede, quizás, realizarse a ojo, pero determinar el precio justo de un libro es tarea hercúlea. Quizás por ello han proliferado servicios de expertización – dispensen el palabro – que tratan de orientar al comprador ( y al eventual vendedor) sobre el precio de mercado de un título preciso. Claro está que, hoy en día, internet ha simplificado mucho las cosas, al permitirnos hacernos una idea del estado del mercado en unos pocos clics. Pero también las ha complicado y mucho, al disolver las categorías que hasta ayer considerábamos firmes, de manera que se producen fenómenos de inflación y deflación de obras con la rapidez con que un cometa surca el espacio que se abre ante nuestros ojos”.

Article: “ ¿ Invertir en libro antiguo es realmente una buena idea?”, de José Luis Trullo en el vlok  dbibliofilia.

 

 

Read Full Post »

“ Barrejats amb els llibres, a vegades s’hi veuen etiquetes, cromos, felicitacions, targes postals, recordatoris, marques d’establiments comercials, segells de correus, etc. És una nota encesa de color, entremig de la grisor del llibre vell; una nota que us sobta i que d’antuvi sembla que no s’hi adigui. Un cop us hi heu avesat, us alegra els ulls. La virolaina us fa pensar en la pintura. I se us acut la idea que aquella parada ve a ésser una mena de bodegó impressionista que s’ha perdut entre les parades dels encantistes de llibres.

A mig matí passa per davant les parades el col·leccionista X. És un senyor alt, esprimatxat, bru, la crinera blanca un xic despentinada, i no es pren la molèstia de mirar els llibres. Veu, però, uns cromos, unes targes o bé unes etiquetes i obre uns ulls com unes taronges; s’atura, titubeja un moment, pregunta què valen uns cromos vuitcentistes, ronseja una mica i acaba comprant-los.

En posseeix una col·lecció important. Què en fa ? No se sap.

El goig, però, de descobrir-los i després de contemplar-los tranquil·lament a casa seva, ningú no li treu del damunt.

 

Llibre de Llibreters de Vell i de Bibliòfils barcelonins d’abans i d’ara, Jaume Passarell, Ed. Millà, Barcelona, 1949; p.136.

 

χφ          χφ          χφ          χφ         χφ          χφ          χφ

 

“ El adjetivo ‘Bibliófilo’ es hoy una palabra cuyo significado no ofrece dudas. Su simple mención suscita en todos nosotros la imagen de un individuo refinado que siente aprecio por determinados libros a causa de su contenido, belleza material o alguna particular rareza.  Primera vista, la configuración de esta idea, próxima al estereotipo, es reciente en términos de historia. Pues bien, mi propósito en la presente ocasión es desbancar ese tópico. Ciertamente, en el acervo de nuestra lengua, ‘ bibliofilia’ es una voz tardía, erudita y evocadora, por su etimología, de un amor a philía por el objeto libro. Pero, en realidad, no es tal, sino una pasión y, en consecuencia, encarna el deseo de posesión, la irracionalidad y la desmesura, rasgos, entre otros, que la definen. A mi modo de ver, este afecto del ánimo ha podido surgir desde el nacimiento del primer ejemplar, pues este producto siempre ha sido un bien precioso en la doble acepción del término. Incluso se podría hablar de cierto fetichismo. Ahora bien, la estimación no hay que centrarla exclusivamente en el potencial poseedor del libro. Creo que los otros dos intervinientes en el proceso de su elaboración, esto es, el autor  intelectual y el material también son merecedores del mismo título en muchos casos. Por tal motivo y, sobre todo, porque no se le ha prestado la atención debida en su tierra injustamente, voy a apoyar mi postura trayendo a colación la figura de Marco Valerio Marcial ( c. 40-104 d. C.), ciudadano hispanorromano, natural de Bílbilis. A este escritor le debemos las noticias más fidedignas y abundantes sobre la tipología libraría y sus avatares en tiempos de la dinastía Flavia. Gracias a él sabemos que a finales del siglo I coexistían el rollo o volumen, el códice y las tablillas enceradas. La primera modalidad había sido el vehículo idóneo para la transmisión de una literatura clásica desde su nacimiento. Cuando el poeta se refiere a este objeto, siempre destaca su condición de purpúreo y el hecho de estar protegido con aceite de cedro, pulimentado con piedra pómez y reforzado con una varilla a modo de sostén, el umbulicus. Su pasión por el libro le lleva de manera natural a personificarlo en numerosas ocasiones”.

 

El libro tardo antiguo: un íntimo objeto de deseo”, article de Elisa Ruiz García a Bibliofilias ( Exposición con motivo del 38º Congreso Internacional y 21ª Feria Internacional de ILAB, Madrid, 2008), pp. 19-20.

 

 

Read Full Post »

Venda de  llibres al Paral·lel. Imatge de Frederic Ballell (AFB)

 

“ Cap el 1930 es va començar de parlar de trasllat del Mercat de llibres vells del Paral·lel a l’entorn del de queviures de Sant Antoni.

Hi fou traslladat l’any 1936. Les causes que el motivaren foren que al Paral·lel no hi cabia, car havia crescut massa, i el tros de vorera que ocupava, tot i ésser bastant espaiós, li venia estret; que amb l’animació i el moviment que hi regnaven els matins dels diumenges hi anava enganxada una cua, inevitable, de xivarri, i que hi havia hagut queixes, per part del veïnat, com ja havia succeït abans a la Ronda.

Cal comptar-hi també, car hi féu el seu pes, la conveniència dels venedors de poder romandre sota la marquesina del Mercat de Sant Antoni. Una cosa és haver de parar el sol o la pluja amb l’esquena, i una altra molt diferent estar sota cobert. Fou aquest seguit de circunstàncies, degudament acoblades, allò que motivà el trasllat.

El Paral·lel va perdre un dels seus atractius diumengers. Quan els llibres varen desaparèixer de prop seu, es va enyorar una mica. Després va revifar- se. Ja s’hi havia avesat. En canvi, els voltants de Sant Antoni, que s’avorrien molt, varen alegrar-se qui-sap-lo. I l’una cosa va per l’altra. El món és un pèndol…”

Llibre de Llibreters de Vell i de Bibliòfils barcelonins d’abans i d’ara, Jaume Passarell, Ed. Millà, Barcelona, 1949; p. 66.

Mercat de Sant Antoni. Imatge de Joan Vega.

 

ζ          ζ          ζ          ζ          ζ          ζ          ζ

 

Llibre per restaurar

¿ Qué tiene que ver el estado de conservación?.

El estado de conservación es un factor importantísimo para determinar el valor económico, junto a la importancia intrínseca de la obra, y la oferta y demanda que exista sobre ella. El estado de conservación se refiere tanto al aspecto físico externo del libro, como a la totalidad de su contenido. Un libro en muy buenas condiciones está completo en todos los aspectos, no tiene ninguna rasgadura, mancha, óxido, polilla u otros defectos, y conserva su encuadernación original, o al menos una que le es apropiada. Un libro que ha sido restaurado tiene menos valor, y debe tener una alta demanda para que pueda alcanzar valores substanciales. Las páginas flojas son un defecto, y las hojas o ilustraciones que faltan, sobre todo la hoja de portada, son defectos muy graves, que hará casi imposible obtener dinero por los libros que los sufra.

¿ Hay posibilidades de que alguien completes su colección incompleta con un volumen suelto que yo tengo?.

Los volúmenes sueltos de cualquier fecha interesan poco o nada a los bibliófilos, comerciantes y bibliotecarios, por razones obvias, y por ello valen poco, o nada. La posibilidad de encontrar un comprador para un tomo suelto es muy pequeña.

 

Extret de: TUS VIEJOS LIBROS traducció, adaptada al món del libre espanyol, d’un  treball de Peter Van Fingen, de la Biblioteca del Congrés dels Estats Units, i trobat a Tasación de Libros de la Llibreria El Camino de Santiago.

El mateix llibre d’abans restaurat

 

 

 

Read Full Post »

 

“ El Mercat de llibres vells del Paral·lel fou de to popular en doble. Això és, quant al llibre i la gent que hi acudia.

Hi compareixia, xano-xano, tots els diumenges, a més dels assidus de la Ronda, un nombre imposant de barcelonins. Anar-hi constituïa, per a molts d’ells, un espectacle més. Succeïa, però, que si una vegada tan solament un d’ells s’engrescava amb un llibre, atret pel títol o pel seu argument, que era explicat per mitjà del dibuix suggestiu de la coberta, i el comprava, ja havia rebut del carpó. El diumenge següent hi tornava. A poc a poc s’aficionava a llegir i acabava essent un parroquià més del Mercat.

La barator dels preus era també un esquer que contribuïa a pescar llegidors i aficionats al llibre. Ja hem dit en altres llocs d’aquestes pàgines, i ara ho repetim, que dins els llibres, ben amagat en un recó pregon d’aquests, hi ha un tòxic, que és la mena dels incontrolats. Aquell qui l’ensuma només unes quantes vegades, no pas gaires, ja no fa res més de bo en tota la seva vida. El tòxic esmentat té cops amagats. Salta damunt la seva víctima, des dels llibres, com els gats en veure les rates. És a dir: quan menys t’ho penses,  i a traïció, per torna.

 

En complicitat amb els llibres funcionaven els cacauets i les avellanes, torrades o no; els vermuts amb olives, amb patates o amb almejas; les orxates, les gasoses fresques, els carajillos carregats, els mítings radicals i les sessions-vermut matinals de l’opereta.

A l’hivern hi feia, de més a més, un sol tebi, talment un bany maria, que ressuscitava els morts i que revifava els vius. Tots aquests ingredients, que actuaven amb una sincronització perfecta, falcaven aquell Mercat de llibres vells.

 

El llibre barat, la revista il·lustrada – Blanco y Negro, Nuevo Mundo, Vida Galante, Mundo Gráfico, etc. -, l’opuscle explosiu, la literatura fulletonesca, els llibres de can Sempere de València, els de can Maucci i els de can Sopena s’emportaven les preferències dels compradors.

El fet que s’hi vengués una gran quantitat de literatura redemptora s’explica per la raó que la dolça Barcelona d’aleshores es va sentir trasbalsada per les teories més avançades. Era la moda del moment. La patírem, de prop o de lluny, tots els barcelonins.

 

Llibre de Llibreters de Vell i de Bibliòfils barcelonins d’abans i d’ara, Jaume Passarell, Ed. Millà, Barcelona, 1949; p. 65-66.

 

 

 

 

 

“ El Diccionario de la Real Academia ( 2004) define la bibliofilia de forma etimológica como amor por los libros, especialmente por los raros y curiosos. Quizás este factor de búsqueda de lo más escaso es lo que llama más la atención de la bibliofilia. A este arte se le suele despreciar con cierta ligereza, ya que se entiende que es esta una afición, un capricho de gentes adineradas, en lugar de lo que realmente es, un arte, el de reunir y estudiar una colección de libros y, en ocasiones, documentos relativos a un tema, o a un lugar, o por las características especiales de los ejemplares, no necesariamente antiguos, ni raros ni curiosos. Existen excelentes colecciones de libros modernos, primeras ediciones de autores de la generación del 27, de poesía contemporánea o de temáticas curiosas…

Se trata de una de las disciplinas del libro que primero fueron tratadas. La palabra bibliofilia se encuentra ya en Estrabón y puede considerarse la obra de Richard Bury escrita en 1344-1345, Philobiblon, como el primer estudio de la misma. En la Edad Moderna, Christ Liberus Saldenus publica en Utrecht en 1681 un tratado denominado Bibliophilia sive De scribendis, legendis et aestimandis libris exercitatio.

 

Con la bibliofilia ocurre algo similar que con la historia del libro, de la imprenta y de las bibliotecas. El bibliófilo, que precisa de conocimientos bibliográficos, bibliológicos y de historia del libro y de la imprenta, efectúa sus selecciones de documentos entre los ofertados, todo lo contrario de la disposición de numerario suficiente para abonar aquello que se pide por un capricho, preserva y estudia sus libros, busca y reconoce las características de sus ejemplares… La legislación patrimonial elimina el componente de uso exclusivamente personal de ejemplares extremadamente raros abriendo su utilización al conjunto de la población.

La bibliofilia, por esta causa, tiene un componente bibliográfico importantísimo, tanto en su faceta de selección como en la de estudio. Tampoco cabe duda de que la bibliofilia es estructuralmente un arte integrante de la bibliología”.

Manuel José Pedraza Gracia: “ Bibliología( ciencia del libro) y ciencias de la documentación”, Scire, 11:1 / en.-jun. 2005), pp.34-35.

 

Read Full Post »

Joan Balaguer

 

“ Tornem als venedors de llibres? (els de llibres vells del Paral·lel). Fet. I diguem que el pare Dubà, amb els seus fills, també hi parava. Al costat, justament, d’en Leandre. Era un dels venedors més antics. Venia de les fires, de la Ronda, de les barraques… Va morir l’any 1923, al peu del canó dels llibres.

      

                                                                                        Rogeli Dubà                                                                         Jaume Dubà

 

En Rodés, (à) el Vidrier, començà, aleshores, a vendre llibres al costat dels hereus Dubà. L’Uson, o Joanonus, també hi féu cap. Al darrera d’en Joan Balaguer, l’home de les grans parades, car estava d’encarregat seu a la llibreria del carrer de Muntaner.

En Josep Torres, que pervenia dels Encants de la Creu Coberta, també hi anava. Va arrecerar-se després a l’entrada de l’escenari del Liceu, que està situada a la Rambla del Mig, prop el carrer de la Unió. D’aquella va saltar al carrer d’Aribau, allí on està establert avui.

Rodés, el Vidrier

 

Hi acudia el pare Folch, amb la seva dona i el noi. Hi parà una temporada en Buisan, (à) el Mestre. D’aquí va traslladar-se a les barraques. Havia tingut botiga a la Baixada de la Presó i al carrer de Sant Honorat.

El pare i fills Badia també paraven al Paral·lel. Havien tingut una barraca al carrer de Mendizábal i després es van establir en una entrada del carrer de Sant Pau, davant l’Hotel d’Espanya. Darrerament tingueren botiga al carrer de Boters.

El Nandu hi parava igualment. Venia de la Creu Coberta. Ara posa parada als Encants dels dies feiners a Sant Antoni i als del diumenge. Va començar de remenar paperassa al costat del pare Dubà, car l’ajudava quan aquest anava a vendre llibres a la Ronda. El Nandu fou l’inventor d’un nou sistema de compra i venda. Posava retolets als llibres, fent constar el preu a què els venia i el que en pagava un cop llegits. El sistema, bo teòricament, fou catastròfic per al Nandu, car a l’hora dels reintegraments esclatava el drama.

Hi paraven molts d’altres venedors, que avui ho fan sota les marquesines de Sant Antoni, i motíssims més, esporàdics, que hi van passar com meteors.”

 

Llibre de Llibreters de Vell i de Bibliòfils barcelonins d’abans i d’ara, Jaume Passarell, Ed. Millà, Barcelona, 1949; p. 64-65. ( imatges del llibre citat aquí).

Josep Torres

 

ζ          ζ          ζ          ζ          ζ          ζ          ζ

 

“Muchos de los asistentes a este curso serán investigadores, profesores y bibliotecarios de instituciones, y tendrán que adquirir, conservar y mostrar el patrimonio bibliográfico que esté a su cargo. Será importante que sepan localizar, buscar y comprar ( y por cuánto dinero deben hacerlo). Pero también me gustaría que aprendieran a colaborar y contar con los bibliófilos que tengan a mano, que no los vean como  intrusos. Con frecuencia, los bibliófilos aportan sus conocimeintos y experiencia, principalmente sobre el tema que hayan elegido para su colección, y pueden proporcionar datos y ejemplares muy útiles. Y, además, proporcionan el tejido social necesario para que el sector del libro antiguo prospere: bibliotecas, librerías, exposiciones… los bibliófilos serán los primeros que las fomenten y disfruten. Para gran parte de los ciudadanos, los libros antiguos son un mundo sentimental, estético ( no solamente científico, como para los investigadores); ante esos mismos ciudadanos, nosotros los bibliófilos somos como bichos raros, una raza en extinción”.

Joaquín González Manzanares: Apuntes para el curso “ Valoración y Tasación del libro Antiguo”. Http://www.tasaciondelibros.com/index.php?id=60 .

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Read Full Post »

 

“ De venedors de llibres vells, al Paral·lel, n’hi anaven més. D’alguns, com en Loza, en parlarem en altre lloc. Mentrestant, farem una petita pausa i l’aprofitarem per referir-nos a un personatge, el record del qual, com que en ha vingut a la memòria ara, no volem deixar refredar.

Els venedors d’aquest Mercat l’anomenaven el Compta Pedres. Era empleat de l’Ajuntament i tenia al seu càrrec el repartiment equitatiu de l’espai de terreny que pertocava a cadascú per tal que pogués instal·lar-hi la seva parada.

Comptava, no pas per pams, ni a metres, sinó per pedres. Tantes pedres, tant de lloc. Ara bé: una pedra no és un atuell massa exacte. Comptava, doncs, l’home l’espai de terreny per pedres a consciència… i l’escurçava o l’allargava a gust o a disgust del consumidor – en aquest cas el llibreter -. Segons si aquest li donava o no propina.

Mentre i tant el Mercat de llibres va celebrar-se al Paral·lel, ell fou l’àrbitre, si no dels destins dels llibreters – això, evidentment, hauria resultat excessiu -, al menys dels de llurs parades, les quals feia anar allà on li passava pel magí, d’acord amb el volum de les propines probables.

Com hem dit, el Compta Pedres fou un personatge de categoria al Mercat del Paral·lel. N’hi hagué, però, dos més que l’estalonaren. Tot i no ésser de carn i ossos, també s’hi feren populars. Tant, que encara avui, entre els llibreters de vell, se’n parla sovint.

 

Ens referim al carro d’en Bahí i al carretó de can López. El llibreter i alhora inventor de la pasta meravellosa per a tapar estrips de la roba que fou aquell, tenia dos gendres: en Juli i l’Eroles. En morir el sogre, en Juli  va heretar una part dels seus béns, que consistien en llibres i pergamins. Heretar-los i sentir frisança de negociejar-hi va ésser tot u. La qual frisança el va empènyer al Paral·lel, dos o tres diumenges, amb un carro ple de gènere. El carregament d’un d’ells li va comprar per cent duros, clavats, en Leandre. Avui valdrien, al menys, dues fortunes. Ah¡, i com la pressa, els pergamins i el profit són uns subjectes que no es compaginen¡

El carretó de can López, per la seva banda, hi va acudir tots els diumenges durant un any llarg. Hi portava munts d’obres d’en Rusiñol, d’Apel·les Mestres, d’en C. Gumà, els Singlots Poètics d’en Pitarra, Lo tros de Paper, El Noi de la Mare, El Carnaval en Barcelona, d’en Clavé, etc. Els fons d’aquella editorial varen anar arrossegats pel Paral·lel. La major part d’aquesta literatura avui val bastant de moneda.

Un cop trets els llibres del carretó, que eren engrapats a l’aranya-estira cabells pels compradors, els munts es convertien en piles, i creixien. Semblava que les inflessin. Els llibres eren venuts a ull, segons l’alçada que tenia la pila. Es pot calcular que foren valorats, si fa no fa, a duro el pam, com els terrenys per a edificar, quan aquests eren venuts a preus enraonats.

Els llibreters s’hi aprofitaven de valent. A aquests, en el moment de les empentes, els manca l’estratègia i l’art del professional d’engrapar  al vol el llibre interessant que cau a les parades. Per als primers, allò fou una festa major del llibre com una casa, i de durada a més. Si hi anés ara¡…”

Llibre de Llibreters de Vell i de Bibliòfils barcelonins d’abans i d’ara, Jaume Passarell, Ed. Millà, Barcelona, 1949; p. 64.

 

℘          ℘          ℘          ℘          ℘          ℘          ℘

 

 

 

¿ Escasez significa rareza?.

Un libro solamente tendrá valor comercial si tiene importancia intrínseca y si además tiene demanda, en cuyo caso su valor aumenta en función del número de ejemplares disponibles en el mercado. Un libro sin importancia ni demanda tiene poco valor, sin importar cuántos ejemplares sobrevivan. El Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español puede dar idea de cuántos ejemplares existen en las bibliotecas públicas, aunque es imposible determinar cuántos pueda haber en manos privadas.

¿ El número de las copias impresas determina un valor comercial?.

Aunque el número de ejemplares que fueron impresos de una obra se sabe algunas veces, esta información proporciona raramente una idea del valor actual. Las excepciones se dan en el caso de obras de autores muy conocidos que publicaron sus primeros trabajos en ediciones muy cortas. También, algunos libros impresos a partir del siglo XIX se imprimieron en ediciones limitadas, muchas veces numeradas, aunque este hecho no determina que el libro deba tener necesariamente un valor alto.

Extret de: TUS VIEJOS LIBROS traducció, adaptada al món del libre espanyol, d’un  treball de Peter Van Fingen, de la Biblioteca del Congrés dels Estats Units, i trobat a Tasación de Libros de la Llibreria El Camino de Santiago.

Librería anticuaria El Camino de Santiago ( León)

 

Read Full Post »

« Newer Posts - Older Posts »