Revista Gráfica 1900
“ Ja fa alguns anys que tot quan se refereix á las arts anomenadas de una manera general Arts del llibre, es obgecte de particular atenció, y res d’estranyar es que aixís sía; ans al contrari, inesplicable resulta que per tant temps lo trascendental invent de l’Imprempta hagués devallat tant al desota de las demés produccions del home en totas las brancas de l’Industria. Aqueixa s’ha vist sempre, en més ó en menys, á través dels capritxos incoherents de la moda, abellida per les aplicacions decorativas de las arts plásticas. Mentres se pretenía exornar lo més vulgar y prosaich obgecte, necessari en las prácticas de la vida, lo llibre, lo vehicul de la idea, de totas las doctrinas, fconcretament, no solsont de las evolucions que tot ho capgiran, impuls de tots los avensos, doll inacabable de sanitós plaher que enlayra á l’inteligencia, ferm consol del que sofreix, sanitosa distracció dels felissos pobres d’esperit, y en mitj de tot, nombrosa reunió d’industrias, de travalls en que s’afanyan milers de criaturas fent trasbalsar milions, fonament de moltas fortunas; lo llibre, originat y nascut de un procediment artístich; lo llibre, que en son comens era un joyell, había acabat per esser un producte industrial groller y xavacá, fora de raríssimas excepcions ab que distingidas personalitats mantenían la tradició dels bons temps de l’Imprempta, fentne esperar una salutable regeneració, que, si no es arribada á realisarse en tot, se iniciá no fa molts anys, y s’exten, creix y se desenrotlla, comensant a posar lo llibre al nivell de las demés obras del home, no sols concretament com travall d’impressió, sino també en tots los procediments y materials que intervenen en los elements que d’ell se’n derivan.
Revista Gráfica 1900, anunci.
Lo despertament ha sigut ben general: lo meteix á l’América del Nort, á França que á Inglaterra, que á Austria, que á Alemania y que á Italia. Com succeheix en las demés aplicacions de las arts als productes industrials, que l’observació y l’estudi de las obras creadas en épocas ja llunyanas dona per resultat lo formar un comensament d’istil propi de la nostra, la devoció als exemplars de las primeras prempsas contribuheix á retornar al llibre d’avuy quelcom de las qualitats que aquells tenen, y de nou, tot quan s’hi relaciona, tendeix á esdevenir un travall artístich en lloch d’esser lo mer resultat de un ofici manual en que la inteligencia y lo sentiment de la forma, del color y de l’armonía poch ó res tenen que veure.
Dintre de la tradició establerta per las obras clásicas de l’Imprempta, ne deriva, lo meteix que de tots los caracters escrits, més ó menys exótichs, la imaginació d’avuy, tipos y formas que responen al afany de produhir alguna cosa nova; camí que á l’avenir conduhirá indubtablement á la creació de l’original que are tant admirém en lo de sigles enrera”.
J. Lluis Pellicer, en l’editorial de Revista Gráfica 1900, p.1-2; editada per l’Institut Catalá de les Arts del Llibre.
( curiosament, per les més de 40 pàgines dedicades a anuncis ja val la pena la revista)
Revista Gráfica 1900 ( revers)
χφ χφ χφ χφ χφ χφ χφ
Enquadernació de Vicente de Diego
“ Hay muchas clases de libros y no todos necesitan ni merecen amor. Los hay de usar y tirar; no faltan los que se reducen a simples ajustes de cuentas con otros o con uno mismo; algunos no valen más que como mensajeros; otros no son más que cestos de noticias y los hay cuya existencia no está justificada más que para su autor. Pero los hay también de leer y guardar, para volver a descansar en ellos; de tener, para entrar y salir de ellos; de guardar, para convivir. Y, para ser libros de amar por sí mismos, todos ellos necesitan un lecho acogedor y suave para una tipografía discreta, variada y elegante; una distribución del texto armoniosa y ajardinada; acaso unos complementos gráficos que acompañen sin distraer ni aturdir; un formato que no les impida ser un objeto eventualmente a mano y una encuadernación ( industrial, artesana, fina, original) hermosa. Resultan todavía insustituibles en la vida del hombre de cultura, que hoy pudiera ser cualquiera. No hace falta pedir lo imposible. Sólo un pergamino rubio y blando, más bien sin arrugas, o blanco y duro, ‘ a la romana’, pero sin tensiones deformadoras; una pasta española, acaso jaspeada, con guardas de papel de ondas o de guijarros; un papel labrado o pintado sobre un folleto del XVIII; ojalá, quien pudiera, una pasta valenciana; o un tafilete azul, verde, con frecuencia rojo con un filete en recuadro y cuatro florones dorados en las esquinas. A partir de ahí, todos los sueños. Gracias a la encuadernación el libro es una fiesta. Y no sabría decir si el amor al libro – y en buena medida, la cultura- empieza o termina en la encuadernación”.
“ Encuadernación y destino del libro ( Loa y guía de pequeños y grandes coleccionistas)”, article de Manuel Carrión Gútiez, a Bibliofilias ( Exposición con motivo del 38º Congreso Internacional y 21ª Feria Internacional de ILAB, Madrid, 2008), pp. 65.
Estampació d’època en plena pell, tafilet vermell, amb estampacions en or en cobertes i llom.