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Posts Tagged ‘Llibreter’

la paraula figurada

          “ Quan el llibre esdevé un objecte personal, un veritable llibre de butxaca, és alhora un objecte estimat, un company inseparable. Aquest fet, propi de la revolució industrial i burgesa del segle XIX, és producte d’una sèrie de coincidències, socioculturals i tècniques, estretament relacionades, que donen pas al llibre modern i a la divulgació de l’ús privat del llibre, ús que en fem avui encara, tot i que ja és possible una altra manera d’accedir-hi, de llegir-lo, mitjançant la nova tecnología digital. Tanmateix, la relació amb el llibre ‘virtual’ està molt lluny del gust i el plaer de la lectura tradicional de l’objecte-llibre que, a les mans, es llegeix al tren, o es porta a la butxaca de l’abric o a la cartera”.

           VÉLEZ, Pilar: “El llibre vuitcentista, llibre enriquit: il.lustracions, relligats, exlibris i punts de llibre”, dins el llibre: La paraula figurada. La presencia del llibre a les col.leccions del MNAC, Mnac, Barcelona, 2005, ( Narcís Comadira, dir.), pp. 45.

 

desvan don quijote

“ Javier Valadez, dueño de la librería ‘El desván de Don Quijote’, ubicada en López Cotilla 813, nos confesó que lleva 20 años dedicándose a la venta de libros usados, ‘por amor al libro’, y que su tienda ha estado abierta a su cargo por 14. Añade que en su negocio no hay épocas buenas o malas, que no teme a la competencia de librerías nuevas y que por lo general las ventas son parejas todo el año, ‘excepto cuando la gente quiere libros de texto escolares, porque aquí no tenemos muchos de esos’. Nos dice también que la gente busca más que nada libros técnicos especializados que ya no se consiguen en otras partes, y que eso, más que la literatura, es el pilar de su negocio. Todo suena muy bien hasta que decidimos ponerlo a prueba pidiéndole un par de libros técnicos cuyos títulos no sólo no reconoció, sino que además decidió no buscar a razón de contestar una llamada telefónica en su auricular de Bluetooth.

libreria cervantes avenida juarez

          Situación semejante se nos presenta en la ‘Librería Cervantes’, situada en la Avenida Júarez, a menos de dos cuadras de Federalismo. Su dueño, Alberto Cervantes, nos relata una situación similar con respecto al mercado de los libros usados. Nos dice que se dedica al negocio por gusto y que considera que la competencia de librerías nuevas no es su peor enemigo, sino la falta de lectores cultos. Nuevamente el problema viene con la consulta, pues cuando preguntamos por la existencia de algunas ediciones raras que podrían interesar a un par de lectores entendidos, nos contesta que él no maneja nada parecido a excepción de una edición de poemas firmada por Elías Nandino que no tiene a la venta, sino enmarcada entre cristales detrás del mostrador para que nadie la toque. Pero a pesar de los problemas que algunas librerías de usados tienen en Guadalajara no todo está perdido. 

libreria romo lopez cotilla 667

          Negocios como la ‘Librería Romo’, que encontramos tambén en López Cotilla 667, o la librería ‘Ítaca’, situada en Marsella a media cuadra de la calle antes mencionada, salvan a las demás de su especie. Sus dueños, verdaderos amantes de los libros, no sólo conocen su negocio a la perfección, sino que aprecian lo que las buenas ediciones de antaño pueden aportar al mundo de los libros. La ‘Librería Romo’, así como ‘Ítaca’, conjugan la venta de libros nuevos con la de usados y ostentan algunas ediciones raras o descontinuadas dignas de adquirirse. Sus dueños, además de cordiales, tienen bien organizados sus libros, acomodados por temáticas y en buen estado, al grado de que al estar entre sus estantes no pudimos evitar adquirir algunos títulos por demás útiles, como una edición en pasta blanda de la novela Mona Lisa acelerada, de William Gibson ( hace años descontinuada en México por Minotauro), cuyo precio en lista triplica lo que pagamos por ella.

 Extret de “El Rancio olor del aleph”, de Frida Pulido i Sergio Vicencio, a

http://www.gaceta.udg.mx/Hemeroteca/paginas/542/G542_O2%206.pdf.

libreria itaca ok maqrsella

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“ En cualsevol imprenta decenteta hi ha, en lloch ben visible, al costat del Diccionari de l’Academia, un tractat de tipografía, en llengua estrangera casi sempre, tractats qu’apreten poch per volguerho abastar tot. S’hi estudía desde la manera d’agafar el componedor, fins á la correcta disposició de les planes en una forma; s’hi donen indicacions sobre les caixes de grech y d’alarb; s’esplica el tracte dels  papers, llur clases y fabricació; la conducció de les máquines y llurs averíes,…. Demanin ¡ totes les pretensions d’un trivi y un cuadrivi.

¿Com es. Donchs, qu’ab instruments de saber tant preciosos, siguin les imprentes series, up-to-date, aus tan rares com el pájaro azul o l’hipogrif?… Y contin que ja no demenem imprentes d’art, establiments-temples, qu’aquéstos sols se donen, en circunstancies molt escepcionals, en una Vilanova llunyana com Castell de somni.

L’única raó es la de que no hi ha manuals ni tractats qu’ensenyin l’Amor.”

“Reflexions sobre l’art de fer llibres”, a l’Anuari Oliva, Vilanova i la Geltrú, 1907, pp. 90.

                “ Los celofanes de color naranja que dan sombra a los libros expuestos en el escaparate no bastan para cumplir una función fundamental en el comercio – en el sentido amplio del término – del bibliófilo: se necesita el refuerzo del papel cristal, esa película translúcida que, inesperadamente, encontramos también en las floristerías envolviendo los ramos baratos, y que aquí protege cada libro. El papel cristal es consustancial a la edición original, a la que preserva – esa es su misión, literalmente vital – de la acción de la luz, solar o lunar, de la descomposición lenta, imperceptible pero definitiva, por esos agentes exteriores, esos imponderables, que decoloran las tintas, hacen amarillear los bordes y las esquinas, deslustran los lomos, hacen envejecer – con mayor rapidez de la tolerable – esta preciosa empresa.

           El papel cristal envejece en lugar del libro ( en lugar de uno, en lugar del bibliófilo, añadimos: convierte el tiempo en un espectáculo visible, domeñable, objetivo, diríamos, de acuerdo con determinado vocabulario). Permite, al mismo tiempo, evitarse el espectáculo de esa corrupción: es una piel ligera, múltiple, que basta con cambiar – como si mudase – al cabo de cierto tiempo, y que hace que el libro sea un objeto siempre nuevo, siempre puro: que le permite ‘estarse quieto’.

           El papel cristal conduce pues al libro hasta una frontera – exactamente hasta su opuesto ( su contrario mítico) -, dota a este cuerpo muerto del poder de renovarse, hace de él un objeto vivo; mejor todavía, un objeto que vibra co9n una juventud eterna”.

                Article “Anatomía del bibliófilo”, de Patrick Mauriés, traduït per A. Taberna, a Revista de Occidente, nº 141, 1993, pp. 86-87. ( Original a Traverses, Paris, 1983).

                      

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              “ Per això, o potser malgrat això, el llibre vell ens torna al clima de la pacient i pausada lectura. Trobarem aquell llibre que havíem perdut, o aquell que no havíem trobat encara, o aquell altre amb l’aura de les il.lustracions que ens acompanyaven en la lectura. Imatge i paraula s’unien en els temps dels gran sil.lustradors com en les primeres novel.les miniades, síntesi que presuposa una lectura lenta, amb la parada complaent de les imatges que reprodueixen els instants de la narració: un rostre, un paisatge, un racó de cambra. Potser hauríem de pensar de nou en aquest lligam que quasi havíem perdut: paraula i imatge. Avui les imatges han canviat de textura. Ja no són aquells dibuixos a la ploma que feien les delícies dels nostres avis i que nosaltres encara vam aconseguir en les novel.les més sentimentals en el gest inimitable d’en Junceda; o en les novel.les de lladres i serenos, amb els dibuixos d’en Bosch, amb senyores de cames llarguíssimes i senyors de rostre ben tallat i frac negríssim. Les imatges avui malden per assolir la primera fila, amb els còmics, amb la pantalla petita, amb la pantalla envolcallant de la gran maquinària cinematogràfica. Però això sí, darrera de cada conjunt de seqüències hi ha un llibre. I si volem penetrar en el gran concert de les imatges, ens adonarem que no hi ha imatges mudes, que les imatges reclamen paraules i que les paraules salten de la cinta magnética i s’instalen a pler en les pàgines dels llibres”.

“Adictes a la Galàxia Gutenberg” de Maria Aurèlia Capmany en el opuscle editat pel Gremi  de Llibreters de Vell de Barcelona amb motiu de la XXVIII Fira del Llibre Vell, 1979.

               

 

               “ Dar vida á los mamotretos es la tarea del historiador, del bibliófilo, del erudito; levantar muertos, aunque la frase parezca doble sentido; sí, hacer surgir del sepulcro á los Lázaros enterrados; resucitar cadáveres y no incinerarse en vida, para embalsamarse con aromas especiosos, como hacen algunos, – y los que saben latín, que entiendan.

              Y si esto ocurre con todos en general, ¿ qué ocurriría con aquellos que ponen en la bibliofilia un placer refinado, un deseo de apagar la llama interior que busca á quien devorar, quaerens quem devoret, á quien circunvalar en su lengua de fuego, y que al fin encuentra un objeto, llámese arte, amor o bibliofilia? ´estos no hay sino respetarlos y envidiarlos, como á todos los que han sabido buscarse un medio de anulación de vida, de suicidio lento, que es la única especie de suicidio admisible ( puesto que, aunque parezca paradoja, el mejor medio de pasar la vida es renunciar á ella): sea ascetismo, arte, ciencia – ó manía coleccionista. Pues éste es el caso de los bibliófilos, que en el noble estudio han encontrado un expediente para descargar en el suelo ese peso abrumador que se llama la vida; y así lo ha comprendido el sagaz Anatolio France, cuando ha escrito de ellos en El Jardín de Epicuro: ‘ La afición á los libros es una afición laudable. Nos hemos burlado de los bibliófilos y, después de todo, quizá se presten á la burla: es el caso de todos los enamorados. Pero sería preferible envidiarlos, puesto que han llenado su vida de larga y apacible voluptuosidad”.

            Article de la revista Nuestro Tiempo, nº 71, Madrid, 1906. Parlant del llibre Orígenes de la novela, de Menéndez y Pelayo, Bailly-Baillière, M, 1905. ( sense autor).

                               

 

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