XXI
Robâ un llibre té perdó
quan es fa per la instrucció.
Però al llibreter pruden
li convé fer escarment.
XXII
Comprâ un clàssic romà o grec
molts ho fan sols per fê el mec
i passar per saberuts
on no siguin coneguts.
XXIII
Llibreter que ven a pes
no vol dir que no és entès:
hi ha llibres que el seu destí
és anâ a parâ al molí.
XXIV
Llibre bo, de poc tiratge,
a la cultura fa ultratge,
puix no existeix cap raó
de privâ al llibre expansió.
XXV
Si tens un llibre preuat
no cal que el venguis a fiat,
sempre trobaràs client
que el pagarà dil·ligent.
XXVI
La impremta no s’ha inventat
per estampà el disbarat.
Malgrat aquesta sentència
es veu imprès amb freqüència.
XXVII
Hi ha qui busca sens mania
obres de ‘psicologia’…,
i llibrer que per geodèsia
dóna un tractat d’eugenèsia.
XXVIII
Ara els contes per a infants
diverteixen molt als grans,
i la mainada que creix
Marañón i Freud llegeix.
XXIX
Pels clients de selecció
guarda els llibres en japó,
i pels de poc més o menos
els de lladres i serenos.
XXX
Biblioteques hi ha molt grans
ben mirat poc importants.
Que amb cent llibres escollits
un hom s’hi pot llepâ els dits.
Del llibre: “Els cent consells del llibreter decent” de Jordi Trieu i Remeneu, Ed. Millá, Barcelona, 1947.
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Museu Molí Paperer de Capellades
“ Pero, además de la rareza y de la antigüedad, el libro posee el valor intrínseco de toda obra de arte: la belleza. ¿ En qué consiste una bella edición ¿ Aunque éste es tema demasiado largo para exponerlo en el corto espacio de que disponemos, en líneas generales hemos de contestar que, en primer término, depende de que el texto figure, de una manera irreprochable, a cuyo objeto es indispensable la máxima atención por parte del autor, y del concurso de eruditos y filólogos, cuando se trata de reimpresiones. Los Aldos, los Plantinos, los Estefanos, los Elzeviros, contaron siempre con un cuadro selecto de helenistas, eruditos y humanistas famosos que revisaron y depuraron los textos y cuidaron esmeradamente los mil y un detalles que necesita toda buena edición: una severa corrección que conserva el texto, y cada palabra en particular, en todo su valor e integridad y la ortografía en toda su pureza.
Paper d’Arches
Un papel bello y duradero. La mayoría de las ediciones modernas se hacen sobre papeles de pastas mecánicas y químicas mezcladas, obtenidas especialmente de las coníferas, de la madera; algunos con papel fabricado con pastas elaboradas a base de trapos y desperdicios de algodón, asimismo, mezclados. Sólo los papeles de hilo o barba son, no obstante, los buenos y duraderos. Estos papeles, llamados también holandeses, son de un sonoro carteo, y dan al libro una presentación, un peso, una solidez irreprochable, como los mármoles al templo: los papeles de hilo, de los Molinos de Arches (Vosgos) y de Saint-Omer, en Francia; de Val Gilder, de Amsterdam; los ingleses, muy encolados y de extremada blancura, los procedentes del Valle del Vire; en Normandía, donde hasta hace poco se mantenía una tradicional fabricación de papeles de tina y de molinos papeleros: los magníficos papeles nuestros, en fin, los procedentes de los molinos de Valencia y Cataluña, entre los que descuellan por sus valores internacionales los de Játiva y Toledo en la Edad Media, y los de Guarro en los pasados siglos, papeles estos últimos que en tan alto grado favorecieron al auge alcanzado por nuestros gloriosos impresores: Los Ibarra, Benito, Monforte, etc.”
Lasso de la Vega, Javier: “El comercio del libro antiguo”. Gráficas González, Madrid, 1946; pp. 7.
Filigrana Guarro