“El poeta pobre”, de Carl Spitzweg (1839)
“ Del sublim al ridícul, no hi ha més que un pas. Del bibliòfil al bibliòman, no hi ha més que una crisi. Sovint el bibliòfil es converteix en bibliòman, quan la seva raó decreix o la seva fortuna augmenta, dos greus inconvenients als quals la gent més honesta es troba exposada; encara que el primer és molt més comú que el segon.
Charles Nodier: El aficionado a los libros”, Le Castor Astral, Paris, 1993, citat a De bibliomanía. Un expediente, de Jaime Moreno Villarreal, Univ. Veracruzana, México, 2006, pp. 197-198.
“ La bibliofilia, añade, ‘es una cosa que crece en forma casi geométrica. Uno no se da cuenta hasta que ya está abrumado por los libros, los intereses y la curiosidad casi insaciable para conocer muchos temas al mismo tiempo’.
Para Trabulse, el bibliófilo ‘se acerca a los libros, antiguos y modernos, con el interés no sólo de leerlos y conocerlos, sino también de conservarlos, rescatarlos y releerlos una y otra vez’. El valor, afirma, lo da la persona: ‘Un libro antiguo puede ser un trasto sin interés para algunos, y para otros puede ser una fuente importantísima de conocimiento. El bibliófilo ama los libros por sí mismos y cada quien ama de una forma distinta. La bibliofilia es un arte eminentemente subjetivo.”
En el vlok La Jirafa de Zapotlan de México, parlant de l’autor Elías Trabulse, guardonat amb el desé Homenatge al Bibliófil i amb el títol de ‘La bibliofilia es un arte subjetivo’. http://lajirafazapotlan.blogspot.com.es/search?q=trabulse