“ El llibre vell és el llibre de tots. De l’erudit i el bibliòfil, del coneixedor d’autors, títols i edicions; del lector mitjà, del que busca simplement passatemps i l’obté a un preu més baix que en un altre lloc; del nou i jove lector, que s’inicia en l’amor al llibre perquè aquesta novel·la o aquella comèdia, adquirides per molt pocs diners, li fan veure un món meravellós, en el que qualsevol somni, qualsevol viatge, qualsevol sentiment i qualsevol aventura són possibles. Quants lectors apassionats s’entregaren, per sempre, al goig de la lectura començant pels volums que, de menuts, compraren per unes monedes en aquesta llibreria de vell o en aquella paradeta d’ocasió?
Tot això – humà, real, personal – continua existint en el comerç del llibre vell, del llibre antic, del llibre que altres ja van llegir. Si tot volum te ànima, perquè és un reflex de l’ànima del seu autor, en el llibre antic aquesta ànima es fa més profunda, perquè en ella s’ajunta misteriosament, l’esperit dels qui ja van llegir les velles pàgines”.
Art. “Elogi i ànima del libre vell” de José Montero Alonso, a Revista de Llibreria Antiquària, nº 1, pp. 32-33.
“ Es hora ya de entrar en la casa. Pero todavía voy a deteneros en el umbral. Porque ahora me veo a mí mismo pasando esta puerta un sábado por latarde, en otoño, en primavera, o en una mañana de domingo de invierno, cuando huyo de la ciudad y de sus quimeras, de las llamadas al teléfono, de las prisas. Entro como un ladrón, sigiloso. Pero como un ladrón de especie singular, porque no vengo a llevarme nada, sino a traer. Traigo los libros adquiridos en Barcelona durante la semana, los traigo tal cual, el paquete todavía sin abrir. Allí no he tenido tiempo ni humor para ello. El paquete, o paquetes, estaban sobre la mesa de mi despacho. He ido aplazando el placer de romper cordeles y ligaduras, de tener los libros en la mano, de apreciar su encuadernación, la calidad del papel. Y su contenido, de leer el índice, de leerlo todo. Lo he dejado para este momento, cuando llego aquí, en esta ocasión de introducir nuevos ciudadanos en mi ciudad de los libros. Entonces me siento en la primera butaca que encuentro, van por el suelo los envoltorios, cojo un libro, pero en seguida otro me reclama, después el siguiente y el siguiente. ‘Los antiguos’, los que ya estaban aquí, parece como si esperaran la nueva compañía, como si quisieran tenerlos a su lado. Entonces viene la tarea de distribuirlos, cada cual con los de su tribu. Pero yo me quedo con uno, mi preferido para esta tarde, hasta que me sacáis de mi ensueño con vuestra llamada, pues ya es hora que os introduzca en mi casa”.
ROBERT MESTRE, José: Divagaciones de un bibliófilo, disertación de … , en la Asociación de Bibliófilos de Barcelona, Barcelona , 1964.
Editat l’any 1965, imprés a Filograf (R.G.M., Instituto de Arte Gráfico de Barcelona), 1965. Opuscle de 7 pàgines amb dibuixos de Emilio Ferrer.