“La bibliofília s’ofereix a totes les edats de l’home – des de l’infant més menut entusiasmat per les il·lustracions en colors imaginatives, fins al més vell que col·lecciona incunables hispanoclàssics -. Mentre hi hagi vida i coneixement i es puguin girar les pàgines o es tingui algú per girar-les, el bibliòfil pot exercir la seva professió. I si es té una relativa salut l’exercici no depèn dels capricis de cap més persona ni de cap altra consideració.
Efectivament, sembla que la malaltia bibliomaníaca, amb les seves tranquil·litats i satisfaccions allarga la vida. Apuntem alguns noms d’erudits bibliòfils: Manuel Gómez Moreno, Ramón Menéndez Pidal, Américo Castro, Homero Serís, Pau Font de Rubinat, Eduard Toda i cas extraordinari, una dona, tota una dona com Clara Luisa Penney.
Tot allò incita a la gent en grau extraordinari i el bibliòfil amb la saviesa i calma acumulades, continua llegint i manejant llibres sense respondre i sense parlar gaire ‘d’allò’, llevat als seus co-malalts més estimats i admirats.
Veiem, doncs, que malgrat certs paral·lels amb algunes característiques de l’alcoholisme o de l’amor cortès, millor s’assembla la bibliofília en les seves manifestacions més importants a la bona i sana follia de la qual gaudia l’heroi de Cervantes, el qual haurà arribat a comprendre-ho pregonament tant per inclinació i experiència com per la lectura d’una obra ja bassada en l’Elogi de la follia d’Erasme, Censura de la locura humana y excel·lencies della, de Gerónimo de Mondragón, primera edició de Lleida, 1598. A propòsit, conec un exemplar d’aquesta obra amb enquadernació de cordovà, color cor, decorada en or i firmada per Chambolle-Duru que…”.
Del llibre Elogi de la bibliofília de Theodore S. Beardsley, ed. Porter-Llibres, Barcelona, 1974; traducció de Rosa Porter de Vergés. Pp. 17-18.
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“ Cada vez que vamos al sótano, nos preguntamos cuanto valdrán esos libros que están allí desde los tiempos de nuestros padres y abuelos. Si desea saber que es lo que más influye en los libros, lea lo que afirman los expertos…
La oferta y la demanda es un elemento que influye ampliamente. Si bien no asegura la calidad de contenido, como cualquier objeto de mercado, el libro se determina por estos parámetros.
Existen tantas respuestas como personas, o incluso más. Pero se pueden ver algunas tendencias: Existe gente que busca en el libro una identificación con sí misma, sus ideas, o la sociedad en la que vive. Puede que estos libros le retrotraigan a su niñez, su juventud, sus familias o sus ciudades. Otros buscarán libros que tengan relación con su trabajo, o con los hobbies que practican, mientras que algunos preferirán aquellos que los lleven a lugares que visitaron, o en los que jamás estuvieron pero a los que les gustaría llegar. Un género que últimamente ha concitado mucha atención, es el de las biografías, en el que se busca conocer la historia de aquellas personas a las cuales los lectores admiran o admiraron. En definitiva, los libros son como un cristal del espíritu humano: ‘ dime que estás leyendo y te diré quien eres’, sería el ajuste de la clásica frase que podríamos hacer.
Y formar una pequeña biblioteca personal, es una tarea muy íntima y creativa. Pensando en los fríos términos de ‘mercado’ u ‘oferta y demanda’, comienzan a entrar en juego las características particulares de cada libro. Muchas editoriales, suelen sacar dos tipos de ediciones del mismo libro: la original y la de bolsillo. Las primeras suelen ser más grandes, poseen hojas más gruesas, letras más amplias, y tapas mejor diseñadas, mientras que las segundas, son todo lo contrario, pero mucho más económicas. Luego, influye mucho la edición: las primeras tiradas suelen ser las más caras, ya que son más difíciles de conseguir. Otras veces, influye el hecho de que el libro haya sido poseído por alguna persona muy importante ( por ej. Galileo, García Lorca, Borges). Y sin dudas una de las cosas que más valor les dará, es el hecho de que estén firmadas por el autor”.
Article: “Bibliófilos: ¿ de qué depende el valor de un libro?” en el vlok: “En Plenitud, el sitio para mayores de cuarenta”.
Http://www.enplenitud.com/nota.asp?articuloID=2514 .