“ Cada llibre té un comprador potencial, o molts. Cada temàtica, un grup de compradors. El llibreter ha de fer el possible per contactar el llibre o el tema amb el client o grup de clients. Això ho aconsegueix amb l’oferta directa, l’exposició de les obres en forma atractiva o la publicació de catàlegs i la seva distribució intel.ligent. El llibre que no es veu ( directament o a través del seu reflex en catàleg, o sigui de la fitxa bibliogràfica descriptiva), és llibre que no es ven. La política de vendes és complexa; hi ha títols que en un moment determinat és prudent reservar per raons diverses ( de saturació d’exemplars en mercat, per exemple) i altres títols dels quals interessa poder incrementar la venda ( previsibles reedicions millorant les en curs). En uns i altres casos, moltes vegades la venda és poc comercial, especialment quan es mantenen els preus d’oferta; però això és un risc que cal admetre i afrontar com a tal, i que pot corregir-se a base d’altres compensacions”.
“Uneix i ens fa diferents”: editorial de la Revista de Llibreria Antiquària, nº 2, pp. 4.
“ Nos movemos en un mundo sujeto a las leyes aleatorias del mercado, de la oferta y la demanda. El precio de un libro antiguo es diferente si se ha de comprar, vender, subastar, asegurar o prestar. Cualquier tasación está sujeta a múltiples variables. Para valorar y tasar un ejemplar es necesario conocer el mercado y la cultura, y si me permiten, tener unos mínimos conocimientos de relatividad. Lo que sí que hay es una cosa clara, y es que los precios del libro antiguo, en relación con hace tan sólo diez años, se han disparado. El libro antiguo se ha convertido en un paraíso para la inversión, en ocasiones para blanquear dinero negro, y ello ha significado un notable incremento en el precio de los libros, a los que se ha venido a unir el temible redondeo producido por el Euro.
Por todo ello, el coleccionista, inversionista e interesado en el libro antiguo deberá manejar diferentes fuentes a la hora de realizar una compra. Una de ellas es tener unos conocimientos culturales de la época y del autor del ejemplar/es en cuestión. También sería interesante conocer, puesto que existía la obligación desde el siglo XVI, la cantidad fijada por la tasa o precio del libro, que en último lugar, y pese a los siglos de diferencia, nos puede ayudar a comprender el valor que otorgó el librero a esa obra. Por supuesto manejar los repertorios bibliográficos clásicos, caso de Palau o Vindel, que aunque incluyen precios de hace años nos pueden servir también como referencia inicial. En suma el ‘fondo de armario’ de cualquier interesado en el libro antiguo, deberá contar con las siguientes obras de referencia, básicas para evitar cualquier engaño y fraude:
Repertorios bibliográficos.
Bibliografías de incunables e impresos antiguos.
Tipobibliografías.
Biobibliografías.
Topobibliografías.
Bibliografías especializadas.
Catálogos Colectivos.
Catálogos de librerías anticuarias y subastas.
Recopilaciones de libros tasados.”
Article de Nicolás Bas Martín: “Documentación on line sobre libro antiguo”, pp. 115-116, a Documentación de las Ciencias de la Información, 2007, vol. 30.