“L’amor al llibre ens uneix i ens fa diferents alhora. L’estimació és substantivament unitària, però formalment diferenciativa, en una mena de relació de gènere a espècie. Tots els bibliòfils senten l’atracció dels llibres, però aquest sentiment es materialitza en una gamma gairebé infinita de preferències i d’exclusions.
La diversitat de les preferències i el mecanisme simplificador de les exclusions dóna color i interés a l’activitat del llibreter antiquari i li permeten establir unes temàtiques de tipus pragmàtic, trascendents a l’ordre comercial.
El llibreter antiquari ha de partir de dues veritats essencials: que tots els temes tenen adeptes, i que tots els llibres ( excepte els residuals o d’estricte biblio-lumpen) són susceptibles d’incorporar, per infinits i moltes vegades desconeguts motius, un interés que provoqui, o si més no estimuli, l’atracció del comprador potencial”.
“Uneix i ens fa diferents”: editorial de la Revista de Llibreria Antiquària, nº 2, pp. 3.
“ Este es el sino en el que vive inmerso el mercado de la literatura en nuestro país desde hace ya varias décadas y, posiblemente, en casi todos los países del mundo. La edición del libro vive sumida en un tiempo de sala de urgencias: o vendes o desapareces con la misma rapidez con la que los libreros desempaquetan y descartan las novedades de cada mes. Por el contrario, en las librerías de viejo no existen prisas de estar al tanto de lo último que se publica y el tiempo, para un libro, fluye lentamente por los infinitos ríos que riegan los fértiles valles de la literatura. Las librerías de viejo son como aquella isla en la que habitó Robinson Crusoe y los libros que terminan en sus estantes son como náufragos perdidos en el laberinto de calles de la ciudad, a la espera de que un día un barco aparezca en el horizonte para socorrerlos. Al fin y al cabo, los propios lectores que frecuentamos las librerías de viejo somos un poco como Robinson Crusoe, náufragos en el inquieto océano de la literatura, y siempre mantenemos la esperanza de atisbar un barco escrito con palabras en el brumoso piélago del mar para que nos rescate de esas islas sombreadas de soledad en la que transcurren una buena parte de nuestras vidas.
Pero a menudo somos los propios lectores los que nos convertimos en el barco que rescatará a Robinson Crusoe de su isla desierta y de paso, si es posible, nos llevaremos con nosotros a Viernes, su fiel servidor. Y de pronto nace una nueva complicidad de un escritor y un lector que llevaban mucho tiempo esperando este encuentro quizás pactado en las líneas indescifrables del destino. Ante nuestros ojos, se nos aparece el libro de un autor que llevábamos algunos años buscando o simplemente nos dejamos llevar por el azar y probamos suerte con un escritor del que nunca leímos ni una sola página. El azar o la mera intuición a menudo van parejos con agradables sorpresas y grandes descubrimientos. Ahí reside la magia de la literatura, su pureza y su verdadera esencia…”:
Extret de “Náufragos de papel”, arfticle de Pablo Arcila a la Revista Luke, 2009.
http://librerosindependientes.blogspot.com/2009/10/textos-recordados-elogio-de-las.html .