“ I parlem del que és matèria bibliofílica per excel.lència, el llibre. Distingim primer el llibre antic i el llibre modern, perquè, encara que en l’art d’imprimir les innovacions no han afectat mai fonamentalment el llibre, els principis que inspiren el llibre vell i els que inspiren el llibre modern de bibliòfil són del tot diferents.
Potser l’impressor antic no es preocupava més que de fer obra d’art, i, com tot l’art modern, ha volgut cercar solucions noves. Compareu els exemplars sortits de les velles premses amb els llibres il.lustrats moderns, fets amb gran suma de pretensions i veureu la diferència. La voga actual del llibre de luxe ha provocat una allau d’edicions per a tots els gustos. En les edicions il.lustrades és allà on s’ha vessat més fantasia. Sembla iniciar-se un retorn a la tipografia pura i, quant a les obres il.lustrades, una major exigència, fins a reputar antitipogràfics determinats procediments d’il.lustració”.
Article: “Els XII”, de Just Cabot a ‘La revista nova’, nº 15, de març de 1918.
“ Ciertamente, los libros – como cualquier objeto – tienden a destruirse con el paso del tiempo, de modo que, en teoría, cuanto más antigua es una edición, menos ejemplares deben quedar de ella, pero este principio tiene muchísimas excepciones. Los libros que en el momento de su publicación costaban caros se han conservado mucho mejor que los baratos, como sucede con la celebérrima ‘Biblia de 42 líneas’: parece que sólo se imprimieron 150 ejemplares en papel y 35 en vitela, y sin embargo han llegado a nosotros nada menos que 35 en papel ( 17 de ellos completos) y 12 en pergamino ( no tan completos), más una serie de fragmentos. Como no hay ejemplares para todos – ni siquiera para lo bibliófilos multimillonarios -, unos avispados y poco escrupulosos libreros estadounidenses – Wells en 1921 y Scribner en 1954 – desglosaron sendos ejemplares incompletos, con lo que docenas de bibliotecas y coleccionistas particulares pudieron satisfacer su fetichismo comprando al menos una ‘honorable’, que así se llaman las hojas sueltas – 643 entre los dos volúmenes- de la mentada Biblia *”. ( * El año 1985, en un Salón del Libro de Paris un librero neoyorquino ofrecía dos de ellas por el equivalente a medio millón de pesetas de entonces ( 3.000 euros), y un bibliófilo español que pudo comprarlas está muy arrepentido de no haberlo hecho).
MENDOZA DÍAZ-MAROTO, Francisco: El mercado del libro antiguo antiguo en España visto por un bibliófilo, Arco/Libros, Madrid, 2009; col. Instrumenta Bibliológica. Pp. 52.