“ En qualsevol imprenta decenteta hi ha, en lloch ben visible, al costat del Diccionari de l’Academia, un tractat de tipografía, en llengua estrangera casi sempre, tractats qu’apreten poch per volguerho abastar tot. S’hi estudia desde la manera d’agafar el componedor, fins á la correcta disposició de les planes en una forma; s’hi donen indicacions sobre les caixes de grech y d’alarb; s’esplica el tracte dels papers, llurs clases y fabricació; la conducció de les máquines y llurs averíes,… demanin ¡ Totes les pretensions d’un trivi y un cuadrivi.
¿Com es, donchs, qu’ab instruments de saber tan preciosos, siguin les imprentes series, up-to-date, aus tan rares com el pájaro azul o l’hipogrif?…. Y contin que ja no demanem imprentes d’art, establiments-temples, qu’aquéstos sols se donen, en circunstancies molt escepcionals, en una Vilanova llunyana com Castell de somni.
L’única raó es la de que no hi ha manuals ni tractats qu’ensenyin l’Amor.
Y sols l’Amor es lo que dona a la freda materia el calor de la bellesa, sols l’Amor eleva el travall a art, sols l’amor sublima les vulgaritats de la técnica, les rutines y les pesadeces de la feyna, fins a ferne poesía”.
Article: “ Reflexions sobre l’art de fer llibres” de R. Miquel y Planas en el Anuari Oliva, Vilanova i la Geltrú, 1907, pp. 90.
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“ Claro que hay diversos grados de pobreza, como existen libros antiguos, raros o curiosos para todos los bolsillos: el bibliófilo pobre tendría que hacer de la necesidad virtud y especializarse en lo que cueste poco dinero, porque coleccione lo que aún no se haya puesto de moda, porque se conforme con ejemplares defectuosos. No tendría más remedio que ser ‘rebuscador’, ‘ratonero’ o ‘ganguero’.
Pero existe algo peor que la pobreza para el bibliófilo, y es – paradójicamente – la juventud. Aparte de que suele ir unida a la escasez de recursos, su mayor desventaja será la falta de formación y la inexperiencia – como en todos los órdenes de la vida – , la cual le costará muchos disgustos y dinero. El bibliófilo maduro o francamente anciano sufrirá viendo que la inflación ha disparado los precios, pero, como perro viejo que es, cometerá menos errores y desaprovechará pocas oportunidades”.
MENDOZA DÍAZ-MAROTO, Francisco: El mercado del libro antiguo antiguo en España visto por un bibliófilo, Arco/Libros, Madrid, 009; col. Instrumenta Bibliológica. Pp. 28.