Més aforismes ( últims) del llibre Els Cent Aforismes del Bibliòfil de Ramon Miquel y Planas.
VIII DE BIBLIOFILS Y AFICIONATS
87
Llibres: la fam de llegirvos
fa venir set de tenirvos.
88
Del cor retrempa les fibres
quan se’s vell, l’amor als llibres.
89
De bibliòfil, lo mateix
que de poeta, se’n neix.
90
Dels llibres la ostentació
no es bibliofilia, axò no¡
91
Pel gust de fer biblioteca
no’s deu oblidar la fleca.
92
De bibliòmans poch n’hi ha tants
com suposen els profans.
93
¿Pecat de bibliolatría?
Pius Onzè’ns n’absoldría’
94
La historia d’un llibre trenca
qui’l vell exlibris li arrenca.
95
Marques d’antichs possessors:
penyores de vells amors¡
96
L’exlibris en va es crearlo
sens llibres hont aplicarlo.
97
L’exlibris massa historiat
es mostra de vanitat.
98
Qui’s dóna a la bibliofilia
no fa ultratge a sa familia.
99
A bibliòfil consumat
Sols hi arriba’l molt lletrat.
100
Bibliòfils: a Déu llohem,
y de sa gracia esperèm
qu’en la mort se’ns obri pia
la celestial Llibrería.
Axí sia.
Las paradas de los Encantes, ( que entonces se celebraban en la calle del Consulado, frente a los arcos del mismo nombre), abundaban en libros viejos y raros y era costumbre revolverlos con los pies en los montones que en el suelo de la calle levantaban los vendedores. Allí había incunables preciosos, ediciones aldinas y plantinas, primeras ediciones de nuestras crónicas y ejemplares ad usum Delphini, que se ofrecían a peseta, y a veces a un real la pieza, sin que nadie se fijase en ellos.
Muchas noches, al retirar la mercancía, los mejores libros eran llevados al molino papelero para ser triturados y hacer pasta para papel de estraza. Los mismos puestos de libros de los Encantes se establecían después en las ferias de San Juan, San Cristóbal, San Jaime o Santa Ana. El negociante de libros viejos más famoso de aquella época, fue Baldomero Gual ( el Mero), establecido en el Arco de San Miguel de la Platería, primero, y en la Tapinería, después, hasta que Juan Batlle, al morir Gual, adquirió sus existencias y fundó su popular centro de librería L’Arxiu.
El Mero nada sabía de literaturas ni bibliología, y sabía valorar el libro, o por el papel que contenía, o por lo que en el mercado era solicitado. La materia y la demanda eran sus orientaciones únicas. Sólo acudía a la feria de Santa Lucía, en diciembre, y allí ponía todas sus existencias de manifiesto. Vendíalas a cualquier precio al transeúnte, y, al anochecer, cedía todo el resto a un colega cualquiera por un precio irrisorio. Y así pasaron por sus manos tesoros y más tesoros, que hoy son joyas de vitrina en bibliotecas extranjeras”.
Article de Arturo Masriera: “Baldomero Gual” a La Vanguardia del dia 19 de juny de 1923, pp. 14.
“Llibres: la fam de llegir-vos fa venir set de tenir-vos”
Tan de bo aquest aforisme fos simètric….
Crec que tenim poc temps per llegir tot el que ens agradaria.