Editat amb motiu de la Feria del Libro Antiguo a Sevilla ( 2011). Aquí aquestes coses no es fan, abans es feien edicions petites, però molt interessants, avui nasti de plasti.
De rastros y encantes, llibre de José Carlos Cataño. Univ. Sevilla/ Asoc. Amigos del Libro Antiguo, Sevilla, 2011.
El llibre explica moltes coses del Mercat de Sant Antoni i dels Encants, de la gent que compra i de la gent que hi ven, i poso aquí unes quantes frases en les que parla d’ells i alguna cosa més.
p. 18: “No hubo rebaja. Solo la mala cara de la dependienta”.
p. 23-24: “ En los Encantes, … Me habían avisado que los sábados se podía encontrar lo que salía durante la semana, pero a mejores precios. Sobre todo si se comparaba a lo que se subasta el miércoles, que pasa por ser el mejor día. Desde luego que no estaban los buitres, los profesionales, y eso es ya un alivio considerable… “.
p. 31: “ –El negocio de los libros no está en vender sino en comprar – me suelta, pensando como siempre en lo suyo.”
p.33: “ Después de todo, con el índice de chalados que uno se encuentra, da gusto percibir buenas maneras, y también la empatía y la complicidad por tantas madrugadas compartidas de hielo húmedo entre papeles viejos, viejísimas letras, la historia siempre intensa, y desconcertante, de los libros que acaban en los montones”.
p.47: “ es curioso, porque en un medio donde abundan los amargados y los groseros, si te descuidas acabas chulesco y golfo, como si te pidieran que los colocaras en su lugar de esta manera, sin entender que existan otras.
p.59: “ Y sin embargo, ayer mismo estaba el del puesto que cada domingo nos da los buenos días, aun si a uno se le olvida, o se contagia este uno de la antipatía y el fastidio con que suelen mancharnos los libreros de morgue y trinchera”.
p.72: “Son mis ángeles custodios, el matrimonio. No es frecuente encontrar gente tan sencilla y tan amable entre los que venden libros”.
p.110: “ –El jefe está almorzando – dijo con absoluta autoridad-. No se pueden tocar los libros.
El compañero no sabía qué hacer. Le sugerí que los escondiera -Sí, pero el jefe es el hijo del Pepo – me replicó-, que tiene todavía peor genio que el padre….
Desde luego, al Pepo mejor ni mirarle, porque te quintuplica los precios.”
p.121-122. “ Un librero anticuario que saluda cuando le conviene, me llama para saber si yo sé de una guía de libreros de viejo que acaba de aparecer. Quiere saber si figura en ella. No tengo ni idea de la guía le respondo”.
p.129: “ Encontré, en otro libro, la carta que la jefa de prensa de una editorial le dirigía al redactor jefe de Qué leer, el equivalente literario a la revista Qué me dices pero en plan fino, con personajes de cuché, guapos mentones, muchos dientes brillantes. Los del puesto, que no son tontos, cuando me vieron leyendo la carta a Iturbe, que así se apellida el redactor jefe, la guardaron en el cajón junto a las recaudaciones y se me quedaron con los ojos desafiantes”.
Dins els llibres de vell, de vegades trobes coses, tota mena de coses, la llista seria llarga. Fa uns mesos en una llibreria del carrer Pàdua vaig veure dins un volum una estampa vella que no tenia res a veure amb el llibre, la vaig treure i vaig preguntar a una noia que feia les vendes (o els cobraments) quan em podía costar i em va contestar que anava junt amb el llibre, que si era allà dins tenia que comprar el llibre si volia l’estampa.
Em va xocar una mica, però vaig deixar l’estampa i el llibre, clar.
p.137-138: “ Ahora que alguno de ellos vuelve a saludarme – con lo que otro levanta rápidamente el pico para conocer quién es el que ha llegado al comedero-, será cuestión de andarse con tiento.
Que luego por un comentario pueden castigarme si se me ocurriera – lo que es muy improbable – ir a comprarles a la tienda o a Sant Antoni. El del saludo devuelto es el mismo que me vendía por una barbaridad El discurso de las armas y las letras de Pedro Mourlane Michelena.
Dejó entonces de saludarme. Lo mismo hizo el Patriota, en cuanto se acabó mi interés por los libros que exponía a unos precios desaforados. El libro de Mourlane finalmente lo conseguí por la mitad en una librería de Bilbao.
Como en el fondo es un entusiasta – ese que me ha devuelto el saludo-, me lo ha confesado:
-Nos reunimos unos cuantos y luego repartimos. Claro que siempre queda uno con menos que otro…
p.246: “ El cuatro pelos vende libros caros. Es decir, va de librero profesional, de librero anticuario. Un lumbreras con aspecto granuloso, no sabemos si por falta de aseo o por la sebosidad que le picó de viruelas el careto. No contento con hacer de chivato, alardeó de la hazaña con otro del buitrerío, que también vende libros carísimos, es decir, que también es un librero profesional, anticuarísimo. Siempre se conducen en cuadrilla y estimulándose entre ellos.
La frase següent no parla dels venedors-compradors, ni dels pirates, professionals i voltors que surten no poques vegades, però és una frase que crec que no te res a veure amb el guió del llibre , o sí
p.181: “ Esta mañana los tablones de X estaban de vacaciones y por eso pude acercarme a la pared y descubrir, en ángulo muerto, el rótulo de una tienda en el interior de Sant Antoni escrito en castellano, además de la viga metálica que conserva – eso no lo podrán borrar, aunque algo se les ocurrirá – el sello de La Maquinista Terrestre y Marítima, así, también en castellano.
Todo eso, la desaparición del castellano en Barcelona, es hoy por hoy una historia perdida”.