“ Ens dirigim als amants dels llibres. Però n’hi ha de moltes menes. A quins? A tots. Uns amen els llibres fins en llur part més exterior i material: la relligadura, el paper, la tipografia. D’altres tenen uns autors preferits i els agrada de posseir-ne fins diverses edicions, obres que els estudiin, que hi facin referència. D’altres amen tots els llibres recents sense dintingir gaire, amb una mena de passió tumultuosa, inquieta. Convé que els llibres tinguin totes aquestes menes d’amadors, i de totes aquestes menes ens seria fàcil fer llistes de noms il.lustres.
El gust per les bones edicions, per la part externa d’un llibre, afegeix un nou i noble plaer a cada lectura. En Josep Maria Junoy, en una conferència, clamant per dignificar el públic, no oblidava que ‘ cada llibre, cada revista, cada periòdic ben editats’ feien donar un pas endavant. Ben sovint, i no és gens estrany, els bons lectors amen i cerquen edicions que siguin belles”.
Editorial del nº 1 de La Revista dels Llibres, de maig de 1925, p. 3.
“ El francés Levesque ‘afirmó que se es connaisseur por el estudio, amateur por el gusto y curieux por la vanidad’, tres términos que corresponderían aproximadamente en castellano a entendido, aficionado y curioso, distinción que tiene que ver con lo que aquí tratamos. Cuando mi cardiólogo supo que yo estaba escribiendo un ensayo sobre la bibliofilia, demostró entenderlo:’ Ah, sí: sobre la manía de coleccionar libros’. Y no le faltaba razón: sólo comprendemos y disculpamos las aficiones que compartimos, lo demás son manías. Teóricamente, la diferencia de sufijo entre bibliofilia y bibliomanía debe bastar para distinguir con nitidez ambos términos, pero la gente no suele reparar en tales minucias: hay quien confunde bibliofilia con hemofilia, por ejemplo, y no hace mucho un médico inglés fue agredido por quienes pensaron que era lo mismo un pediatra que un pederasta…
El DRAE define la bibliofilia como la ‘ pasión por los libros, y especialmente por los raros y curiosos’. Según el Diccionario de Bibliología ( en adelante DB), es ‘ afición por el libro en razón de su valor histórico o estético, especialmente por los raros y curiosos’, y para Checa equivale a ‘ amor, pasión y estudio de los libros, especialmente de los antiguos, raros, de las ediciones difíciles de encontrar y de las bellas encuadernaciones’. Eco hace una certera puntualización: ‘ La bibliofilia es ciertamente el amor por los libros, pero no necesariamente por su contenido’. Parece que la palabra se utilizó por primera vez en un librito impreso en 1681, y el término bibliófilo, usual desde principios del siglo XIX, fue precedido por el de filobiblo”.
Mendoza Díaz-Maroto, Fco: La Psión por los libros. Un acercamiento a la Bibliofilia, Espasa Calpe. Madrid, 2002, pp. 39-40.
imatge: L’Hypnerotomachia Poliphili, a e-venise.com
Uns altres comentaris molt encertats!