“ La col.laboració entre diversos artífexs fa possible que l’obra artística que és el llibre de bibliòfil hagi sobresortit a Catalunya, fins i tot internacionalment. El llibre acuradíssim, amb belles il.lustracions, una tipogarfia sense màcula, l’esforç manual i precís de l’artesà, el paper de fil o molt especial i més rarament l’anomenat japó, i, com a esclat, una relligadura gairebé principesca, són les principals condicions d’un gran llibre de bibliòfil. I cal afegir-hi la raresa que li dóna el tiratge limitat. Tanmateix hi ha edicions més modestes, però que, sense que compleixin tots els requisits, són també de bibliòfil, per bé que no de luxe. Recordem que molts volums de bibliòfil van en una capsa especial i no sempre es relliguen després. I que hi ha exemplars memorables que, sense il.lustracions, concentren el valor bibliofílic en la tipografia, la gràcia del paper i l’escassetat del tiratge”.
Capítol “ Els llibres de bibliòfil en català ( 1941-1962), per Albert Manent, en el llibre Del noucentisme a l’exili: sobre la cultura catalana del nou-cents, Publ. Abadia Montserrat, 1997, pp.321.
“ Para nadie es un secreto que en el fenómeno de la bibliofilia intervienen dos factores: la rareza de los ejemplares, por un lado, y la pulcritud y exornación de los mismos por otro. En lo que se refiere a lo primero, tratándose de libros de otras épocas, el tiempo, los avatares de la historia y demás enemigos del libro, han contribuido en gran medida a valorar ejemplares que de otro modo, esto es, habiéndose conservado en la mayor integridad posible las tiradas primitivas, no hubieran llegado a los altos precios Puestas así las cosas, ya se comprende que lo que en el primer caso se justifica por los que se registran hoy en el mercado. En cuanto a los libros publicados hoy, esa rareza de ejemplares se produce voluntariamente por los mismos editores, limitando su número de acuerdo, entre otros factores, con los precios que de cada uno de ellos se espere obtener.factores imponderables que intervienen, aun siendo escaso el valor – en cuanto a su contenido – de tales ejemplares, no podría justificarse, en cambio, para las ediciones ‘de bibliófilo’ de hoy, si lo que se dieran a la imprenta, con el máximo ornato y la menor tirada posible, fueran obras de poco momento, que careciesen de aquella significación espiritual, o de aquellas bellezas literarias, que realmente las hicieran acreedoras a los esfuerzos que tales ediciones requieren.En general, esto último se evita no arriesgándose más que a hacer ediciones de libros clásicos, en los que el editor puede contar siempre con mayores seguridades de acierto en cuanto al contenido. Ahora bien, esto que, en la mayoría de los casos, es mucho más prudente, entraña una notoria injusticia para los escritores actuales. No hay que olvidar tampoco que gran parte del valor de un libro estriba en constituir documento de una época, y que esto no se consigue solamente por lo que a su ornato se refiere como testimonio de los gustos artísticos de esa misma época, sino por el contrario contenido del libro que – no hay que olvidarle – es, al fin y al cabo, el verdadero protagonista de la edición.
Es necesario, pues, que aquellos que emprendan tareas editoriales de esta índole, obren con conocimiento de causa, sopesando bien los méritos de las obras, tanto antiguas como modernas, para conceder los honores de publicación bibliófila solamente a aquellas que, por su calidad excepcional, lo merezcan realmente”.
Article a Cobalto, Vol.1 Cuaderno 1 de 1947, en la secció “Bibliofilia y libro de arte”, escrit per R.S.T.