“ XIV . Libreros Encuadernadores. Este oficio, que después que la imprenta empezó á extenderse por España desde 1471 llegó a ser uno de los más florecientes de Barcelona, cuenta sus primitivas ordenanzas gremiales en el año 1446, en que el magistrado Municipal le señaló dos Cónsules para la administración de su policía. El año antecedente el mismo Magistrado había publicado un vando para aquietar, y conciliar las diferencias entre los encuadernadores y tratantes en pergamino y papel, por el qual se mandó que ninguna persona pudiese comprar ni vender papeles y pergaminos sin denunciar dentro el término de dos días al común de los encuadernadores el surtido que se hubiese comprado, afín de que los individuos de este oficio pudiesen escoger la porción que quisiesen de ellos hasta los dos tercios a coste y costas; que dicho comprador no pudiese recibir el surtido hasta pasado un día natural de la denunciación; y a este tenor siguen otras precauciones y disposiciones sobre el orden del repartimiento.
Pero el cuerpo de ordenanzas más completo, autorizado y auténtico que el gremio tiene inserto en su Llibro Consular, son los estatutos que en 2 de marzo de 1553 dispuso y mandó publicar el Ayuntamiento de Barcelona para la institución de la cofradía baxo la invocación de San Gerónimo. En ellos, después de arreglar los derechos de las entradas, la elección de los dos Comunes anuales, la subordinación de los gremiales a estas dos cabezas, la puntualidad en concurrir a las juntas, la administración del monte pío, y los privilegios de las viudas y pupilos en la continuación de su tienda; se trata del tiempo del aprendizage reducido a cinco años; del modo de examinar las causas que alegue un aprendiz para dexar el primer maestro, antes que el nuevo le pueda admitir; de contener el que un maestro suplante los oficiales y aprendices de otro, ni que estos puedan trabaxar de su cuenta ni por la de sugetos de fuera del gremio; enfín de que ninguno que no sea maestro examinado pueda tener libros nuevos para vender así en papel como encuadernados, para evitar los hurtos que se cometían en casa de los maestros por los mismos aprendices que los mandaban revender. Trátase después de la regla que deben guardar los gremiales en las compras de surtidos de papel o pergamino, y de la equidad que se debía observar en la repartición del género entre los demás del oficio, afín de evitar monopolios y otros daños.
Para obviar también otros abusos, se prohibe que ningún librero haga pactos ni ajustes con maestros de primeras letras, para asegurar el despacho de sus obras privativamente en daño de los demás gremiales, y de las lecturas escogidas para la niñez. Asimismo para contener muchos fraudes y hurtos, se estatuyó que ninguna persona que no sea librero examinado pueda vender libros usados clandestinamente: pues los regatones debían venderlos por medio de corredor en los puestos públicos que estaban ya señalados, quales eran las plazas, de San Jayme, la nueva, y la de los encantes. Últimamente se prescrive que ningún librero pueda tener más de una tienda, ni vender libros así en papel como encuadernados que no sean suyos propios, afín de obviar varios fraudes e inteligencias con los estrangeros”.
Del llibre Memorias Históricas sobre la Marina, Comercio y Artes de la Ciudad de Barcelona de Antonio de Capmany y de Montpalau, edició (moderna) de la Càmara Oficial de Comerç i Navegació de Barcelona, Barcelona, 1961.Volum I, pp. 562-563.
Quantes notícies li devem a n’Antoni de Capmany!
I tenim la sort de que a la Cervantesvirtual.com tenim els 4 volums digitalitzats, i altres obres d’ell, com la molt interessant ” Llibre del Consulat de mar”.
I tenim la sort de que a la Cervantesvirtual.com tenim els 4 volums digitalitzats, i altres obres d’ell, com la molt interessant ” Llibre del Consulat de mar”.
M’encanta aquest blog, les cites que s’hi inclouen. I m’ha fet molta il·lusió que avui hagueu dedicat el post a l’obra de Capmany de la qual, a la Biblioteca del Marítim, en tenim els exemplars editats al s. XVIII
Rosa, em fa goig que t’agradi. Ja fa anys que vaig visitar el Marítim, dues vegades, em va agradar molt, em sembla un gran Museu i suposo que amb els anys haurà millorat i crescut.
A reveure.