“ Un periodista de La Vanguardia, Oscar Caballero, va escriure no fa gaire que “ la bibliofília és un virus benigne i cultural”.
En l’article “ El bibliòfils Josep M. Vall i Miquel Plana” d’Albert Manent a Serra d’Or, nº 360 de desembre de 1989.
“ El comercio de libros antiguos por Internet ha significado la pérdida de una serie de elementos clave a la hora de concretar una compra-venta, que permitían al librero una cierta orquilla de movimientos a la hora de determinar el precio de un libro. Entre ellos los aspectos emocionales del comprador, su apariencia física, insignificante, pero importante, su forma de hablar y sus conocimientos sobre la obra y el libro antiguo en general. Todo ello se ha desvanecido, dando paso a una transacción informal, sin presencia física alguna, con el riesgo que ello conlleva, en la que el precio muy raramente se llega a modificar, salvo por cuestiones de conservación del ejemplar ( afectado por polillas, manchas de humedad, márgenes cortados, falto de portada, ejemplar mútilo), que no siempre aparecen indicados por el librero. Por todo ello, y para evitar ingratas sorpresas, ofrecemos algunos breves consejos a la hora de comprar libros antiguos:
a) Examinar la rareza y condición del ejemplar. En caso de duda consultar los repertorios bibliográficos.
b) Antes de realizar cualquier compra es conveniente consultar las fuentes bibliográficas existentes ( catálogos de subastas y librerías, bibliografías, repertorios de precios de libro antiguo).
c) No fiarse de la ficha descriptiva del Catálogo. Es conveniente poder cotejarlo y examinarlo. En caso contrario, verificar llamando a la Subasta o Librería que la ficha se corresponde a la realidad.
d) En el caso de una Subasta, verificar que el precio de salida se corresponde realmente a la calidad del ejemplar. Por lo general, las firmas con solera piden precios más altos que las salas menos conocidas.
e) Una copia barata y mediocre es probablemente más ‘cara’ que otra por la que se pide más dinero pero que es un ejemplar sobresaliente de la misma edición.
f) Los libros suelen ser más caros en los puntos de venta especializados que en otros lugares situados fuera del circuito profesional, como un puesto en el Rastro.
g) El coleccionista no debe regatear el precio de un libro cuando le interesa mucho.
h) No se puede comprar un libro pensando en venderlo al día siguiente, o al cabo de un mes, a un precio superior al que ha pagado.
i) El coleccionista no debe negarse a pagar un precio elevado si el libro es raro e importante para él. Ya señalaba el bibliógrafo Palau¡ ¡Cuantos bibliófilos se lamentaran por … considerar cara una pieza que jamás volverán a encontrar”.
“Documentación on line sobre libro antiguo” de Nicolás Bas Martín de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales: Univ. Jaume I de Castelló.pp.114.