“ La importancia crexent del gremi, deguda a la major producció y propagació del llibre, modificà del tot la vida dels llibreters, fent necessaria una nova organisació gremial més ampla. Diuen los Concellers, lo 11 de Febrer de 1553: ‘ Quant al que es demanat y supplicat a dits honorables Concellers y present Consell per lo offici y Confraría dels libraters poblats en la present ciutat, los quals ara novament han obtingut privilegi real de fundar Confraría de llur offici en la present ciutat sots invocació del gloriós donat e illuminador de Sancta Mare Esglesia Sanct Hieronim, quels placia admetre en dita ciutat dita llur Confraría’.
Al constituirse la nova organosació gremial, los llibreters de Barcelona eran una vintena. No’ns sabèm estar de copiar lo següent paragraf de les noves ordinacions, per la importancia que enclou en sí: ‘ Item per quant se es trobat en lo passat que alguns jóvens o aprenents de dits libreters furtaven libres de casa sos amos y aquells veníen o daven a vendre a algunes persones en la dita ciutat les quals revenien dits libres y feyen pagar la meytat més que dits libres valien als compradors. Per ço statuyren y ordenaren los dits honorables concellers y promens per obviar a dits abusos, que deçí al denant ningú qui ni sia de dita art e no sie examinat no gos tenir libres nous ligats ni per a ligar per a vendre sots pena de cinch liures barceloneses per cascú e per cascuna vegada en lo modo sobredit divididores e de perdre los dits libres’.
“Lo Ram de Llibrería a Barcelona, en lo segle XV”, dins” Assaig de Bibliografía Barcelonina” de Joan Bta. Batlle, ed. Altés, Barcelona, 1920, pp. 63-64.
“ El francés Levesque ‘afirmó que se es connaisseur por el estudio, amateur por el gusto y curieux por la vanidad’, tres términos que corresponderían aproximadamente en castellano a entendido, aficionado y curioso, distinción que tiene que ver con lo que aquí tratamos. Cuando mi cardiólogo supo que yo estaba escribiendo un ensayo sobre la bibliofilia, demostró entenderlo:’ Ah, sí: sobre la manía de coleccionar libros’. Y no le faltaba razón: sólo comprendemos y disculpamos las aficiones que compartimos, lo demás son manías. Teóricamente, la diferencia de sufijo entre bibliofilia y bibliomanía debe bastar para distinguir con nitidez ambos términos, pero la gente no suele reparar en tales minucias: hay quien confunde bibliofilia con hemofilia, por ejemplo, y no hace mucho un médico inglés fue agredido por quienes pensaron que era lo mismo un pediatra que un pederasta… El DRAE define la bibliofilia como la ‘ pasión por los libros, y especialmente por los raros y curiosos’. Según el Diccionario de Bibliología ( en adelante DB), es ‘ afición por el libro en razón de su valor histórico o estético, especialmente por los raros y curiosos’, y para Checa equivale a ‘ amor, pasión y estudio de los libros, especialmente de los antiguos, raros, de las ediciones difíciles de encontrar y de las bellas encuadernaciones’. Eco hace una certera puntualización: ‘ La bibliofilia es ciertamente el amor por los libros, pero no necesariamente por su contenido’. Parece que la palabra se utilizó por primera vez en un librito impreso en 1681, y el término bibliófilo, usual desde principios del siglo XIX, fue precedido por el de filobiblo”.
Mendoza Díaz-Maroto, Fco: La Pasión por los libros. Un acercamiento a la Bibliofilia, Espasa Calpe. Madrid, 2002, pp. 39-40.
Imatge: Paisajes encuadernados de Gómez Losada.