“ Per remontarnos a les glories de nostre gremi, hem de recular als segles XV, XVI y XVII. Les millors estampacions de Catalunya son les produhides per los Rosenbach, Spindeler, Pere Miquel, Diego Gumiel, Mossèn Pere Posa y Carles Amorós, qui té en sa casa de componedor a Johanot Luschner, varón muy esmerado en essa arte. En Rafel Figueró y jolis, a principis del segle XVIII, desprès de penós viatge per l’extranger, prova de fonfre tipos. En Carles Gibert y Tutó també té un bell stock de tipos nous, del qual ne dóna mostra en lo segón catàlech que fa de sa llibrería. En Eudalt Paradell, armer, fa los punxons per una nova sèrie de tipos y en Felíu Pons, estamper, los fon, donantne una bella mostra en los anys 1758, 1760, 1761 y 1762… essent tal la importancia y mestría d’en Paradell que Carles III lo crida a Madrid para establir en la Cort la primera fundició de tipos de música moibles que hi hagut a Espanya, subvencionant-lo. També tenen una fundició de tipos los frares Carmelites descalços del convent de Sant Joseph, establert en la Rambla, ahon ara hi ha la Boquería, y de la qual n’hem vist un catàlech imprès, en la Biblioteca de don Mariàn Aguiló y Fuster”.
“Lo Ram de Llibrería a Barcelona, en lo segle XV”, dins” Assaig de Bibliografía Barcelonina” de Joan Bta. Batlle, ed. Altés, Barcelona, 1920, pp. 67-68.
“ El tener en nuestras manos la primera edición de un libro de un autor memorable es emocionante. Siempre recordaré cuando fui dueño de la primera edición de Azul… (1888) de Rubén Darío. Esa es otra historia. El libro debe ser venerado, y a pesar de la cibernética, el correo electrónico, y la red con sus múltiples raicillas, seguirá siendo el principal punto de referencia para el genuino conocimiento. Alabada sea la tinta; púrpura, roja, negra, en la nueva civilización del libro.
En el III Congreso Internacional de la Lengua, celebrado en Rosario, Argentina, el 20 de noviembre, 2004, José Saramago dijo:’ hagan lo que hagan la Internet y la computadora, no hay nada en el mundo que pueda sustituir al libro. ¿ Por qué? Porque sobre la página de un libro se puede llorar, pero no se puede llorar sobre el disco duro de la computadora’. El demiurgo Borges ya había dicho: ‘ De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación’.
Article: “ Bibliofilia: la desaparición del libro y sus lectores”, de Miguel Angel Zapata.