“ Es tractava, doncs, d’una bibliofília que podem anomenar ‘erudita’, que pretenia ser útil i per tant manejable, car complia dues funcions alhora: una de caire estrictament històrico-cultural, i una altra artística. D’aquí ve també que en un principi haguem parlat dels filòlegs-bibliòfils, ja que ambdues vessants solien coincidir en una mateixa persona, l’editor, que duia a terme l’esmentada doble tasca cultural”.
Pilar Vélez: “El llibre com a obra d’art a la Catalunya vuitcentista, 1850-1910”, p.149. Ed. Altés-BC, B, 1989.
“ … la revista Los Universitarios ( nº 29-Febrero 2003) reproduce las palabras que dijo ( José Luis Martínez) en esa ocasión ( Feria Internacional del Libro de Guadalajara), en la que narró algunas de sus andanzas en torno a la letra impresa, las que incluyen adquisiciones casuales y gratuitas o bien onerosas, pero no menos felices; búsquedas de algunos títulos que han llevado años y posesiones que deben ser la envidia de otros coleccionistas,…”. “ … haber reproducido esas palabras en las que ese gran bibliófilo refiere: ‘ las múltiples maneras de amar los libros, de amarlos para siempre o por un rato, de procurarlos, con amor, devoción, afecto, morbosidad o curiosidad, de desearlos como amores imposibles, o de enorgullecernos por las pequeñas joyas que sólo existen para un grupo de maniáticos”.
Art: “ José Luis Martínez, premiado por ‘su vicio’”, en Hoja por Hoja: Suplemento de Libros: “ La república de los Libros” de Humberto Musacchio. Marzo 2003. www.hojaporhoja.com.mx/articulo.php?offset=14&identificador=2340