“ Es tractava,doncs, d’una bibliofília que podem anomenar ‘erudita’, que pretenia ser útil i per tant manejable, car complia dues funcions alhora: una de caire estrictament històrico-cultural, i una altra artística. D’aquí ve també que en un principi haguem parlat dels filòlegs´bibliòfils, ja que ambdues vessants solien coincidir en una mateixa persona, l’editor, que duia a terme l’esmentada doble tasca cultural”.
Del llibre: El llibre com a obra d’art a la Catalunya vuitcentista, 1850-1919 de Pilar Vélez ( Ed. Altés-BC, B, 1989).
“… hasta que supe leer. Aprendí a hacerlo rodeada de todos aquellos libros, pero para mi no había una única lectura, sino múltiples: la itálica, la garamond, la elzevir y, sobre todo, mi preferida, la baskerville. En los libros ilustrados la tipografía desempeña un papel fundamental, del mismo modo que la maquetación y encuadernación, comunicando un contenido artístico que enriquece la edición y del que en muchas ocasiones además del editor también participa el artista ilustrador.” “…De vez en cuando acompañaba a mi abuelo en el interminable Rías Altas y nos marchábamos en coche-cama a Madrid en busca de libros. Pasábamos la semana recorriendo librerías, y al llegar el domingo bajábamos al Rastro. Cuando mi abuelo encontraba un puesto interesante, si ya no le alcanzaba el dinero, me dejaba a mí de prenda y corría al hotel en busca de las pesetas que le faltaban. La vuelta en tren era fantástica: el compartimiento repleto de cajas desbordando libros, nosotros sentados sobre un montón de ellos toda la noche y, naturalmente, leyendo.”
Artº. “ El vicio de los libros” de Rocío Santa Cruz, en Círculo del Arte: La revista: Epicentro, rvta. 30, Primavera 2003. ( www.circulodelarte.com/revista). (Nº 30 no accesible avui?)